CAPÍTULO 6

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     Agotados y satisfechos quedaron sus cuerpos luego del encuentro carnal. El latido de sus bombeantes corazones casi que se sincronizaba, mientras el acompañante del castaño yacía tendido perezosamente sobre su pecho. Jungkook hubiese disfrutado más del momento de no ser porque volvió a la realidad cuando cayó en cuenta de en dónde estaba y que su tiempo allí se había terminado.

     —¿Dónde puedo tirar esto? —dijo Jungkook, refiriéndose al muy eyaculado condón que aún tenía puesto. El chico tomó su rostro, y muy suavemente lo giró hacia la izquierda, donde a un lado del gran sillón en "L", estaba señalizado el bote de basura.

     Su acompañante se quitó delicadamente de arriba de su cuerpo, y Jungkook se dirigió hacia aquel sitio para anudar el condón y tirarlo.
    
     Luego, volvió a la cama y sentándose en el borde de esta, juntó valor mientras un gran sonrojo que nadie podía ver, se formó en sus mejillas antes de hablar.

     —¿Estuve... muy mal? —indagó, no muy seguro de querer escuchar una respuesta que lo hiciera sentir frustrado, aunque él apreciaba la sinceridad ante todo.

     Luego de un breve silencio, sintió como unos brazos rodeaban su abdomen y unos tiernos besos eran depositados en su espalda.

     —Al contrario. Para ser tu primera vez con un chico, diría que fue sumamente placentero y sensual. Aquí nadie es así —respondió el joven, a lo que Jungkook sintió su corazón derretirse ante esas palabras.

     Girándose para quedar frente a su acompañante, Jungkook no resistió el impulso de volver a besarlo para sentir otra vez esa electricidad invadiendo su cuerpo. El chico correspondió enseguida al beso, y el castaño quería pensar que él también sentía esa conexión entre ambos.

     ¿Serás tan hermoso como te imagino?, se cuestionó el castaño mientras sentía las caricias del chico en su espalda.

     Cuando su acompañante cortó el cálido beso después de unos minutos, sintió como este entrelazaba sus dedos con los suyos para luego aclararse la garganta.

     —¿Quieres que... te acompañe hasta la puerta? —preguntó, y el castaño sintió su corazón encogerse ante esa interrogante, pero sabía que debía retirarse pronto.

     Susurrando un suave «Sí» contra sus carnosos labios, ambos se dirigieron hasta los percheros, donde Jungkook volvió a colocarse la bata. Pero antes de tomar la perilla de la puerta, se volteó, no sabiendo si ese chico estaba cerca o lejos de él.

    —¿P-puedo... saber si te "veré" el siguiente fin de semana? —comentó.

     Un breve silencio reinó en aquella oscura habitación y pensando en que no debió preguntar aquello, estuvo a punto de irse cuando sintió las manos del chico sobre su pecho, y luego un corto beso sobre sus labios.

     — Sé que encontraras la manera de volver a sentirme, así que aquí te esperaré — y dicho esto, Jungkook con una sonrisa en su rostro, oyó a su acompañante alejarse hacia la oscuridad mientras él se giraba para abandonar al fin la habitación.

     Luego de colocarse nuevamente su camisa celeste bien ceñida a su cuerpo con su pantalón negro de jean y sus borcegos del mismo color, Jungkook dejó la bata en el locker y se dirigió hacia el bar donde encontró a su rubio amigo sentado en una ...

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     Luego de colocarse nuevamente su camisa celeste bien ceñida a su cuerpo con su pantalón negro de jean y sus borcegos del mismo color, Jungkook dejó la bata en el locker y se dirigió hacia el bar donde encontró a su rubio amigo sentado en una de las mesas, con un trago en su mano. Se acercó hasta él y colocó una mano en su espalda para atraer su atención.

     — ¡Mierda Kook! No bromeabas cuando dijiste que no eras precoz... ¿dos putas horas y media? — lo palmeó Taehyung en el hombro mientras le guiñaba un ojo. El castaño con la timidez corriendo por su rostro tomó asiento frente a él.

     —Lamento si te hice esperar mucho, Tae —se disculpó su amigo mientras se perdía un momento en sus recuerdos.

     —¡Jamás te disculpes conmigo por un buen polvo, Kook! —expresó el rubio y luego le dio un sorbo a su trago—. Ahora bien, cuentame... ¿Cómo estuvo tu chica?

     "Mi chico fue sublime" pensó Jungkook, y en automático esbozó una tierna sonrisa por el recuerdo de su última conversación con el joven, pero volviendo a la realidad no iba a revelar su secreto, no esa noche.

     —Bien, muy bien de hecho. Creí que me sentiría más cohibido pero... me trató increíblemente bien.

     —Me alegra haberte insistido entonces —habló Taehyung, y acercándose más al castaño, agregó—. La que me tocó a mi tenía unas tetas increíbles, y su culo estaba bastante bien ¿La tuya que tal, Kook?

     —Mi acompañante tenía la piel más suave que alguna vez haya tocado... Y esos carnosos labios, eran miel pura, Tae... Al igual que su voz —decía Jungkook con un brillo en sus ojos y una sonrisa en sus comisuras. Su amigo lo miró extrañado por su descripción como si no le fuera suficiente.

     —Y tenía un trasero increíble. Redondo y firme ¿contento? — agregó el castaño y en automático su amigo levantó sus cejas complacido.

     — ¡Muy! Me alegro que al fin la Jungkuk- ...perdón, tu miembro viril se haya divertido — dijo el rubio y terminando con su trago, prosiguió a pagar tanto su noche como la de su amigo, para luego ambos dirigirse al auto.

     Durante el camino hacia el departamento del castaño, Taehyung no paraba de decir lo bien que lo había pasado, contando algún que otro detalle que a Jungkook le hacía fruncir el entrecejo por lo explícito que era

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     Durante el camino hacia el departamento del castaño, Taehyung no paraba de decir lo bien que lo había pasado, contando algún que otro detalle que a Jungkook le hacía fruncir el entrecejo por lo explícito que era. Él por su parte, no daba información alguna de cómo había sido su encuentro por miedo a que se le escapara su secreto. Cuando por fin llegaron a su departamento, se sintió más aliviado de haber concluido con la plática.

     —Bueno, Kook, última parada de la noche. En verdad te agradezco que me hayas acompañado, lo digo de verdad. Sé que esos lugares no te gustan y por ello entiendo que no quieras volver a acompañarme otra-

     — ¡Si quiero! — gritó el castaño, y dándose cuenta de su elevado tono, se mordió su labio inferior como reprimenda a sí mismo. — Digo... si me gustaría que volviéramos a ir el otro fin de semana.

     —¡Mierda! ¡Sí que te dieron una buena revolcada, eh! Okey agendado entonces —comentó el rubio guiñándole un ojo.

     Jungkook bajó del auto totalmente avergonzado por haber respondido tan en automático, pero a la vez una calidez inundó su corazón por pensar que volvería a sentir a ese chico nuevamente.

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