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—¡Joder! Quédate quieta, _____.

—No puedo YoonGi, me está ardiendo la pierna.

—Pues inténtalo, la ambulancia está por llegar.

—¿Tú estás bien?

—Sí, no te preocupes ahora por mí. Haz el favor de no moverte. ¿_____?

—Déjenos —intervino un paramédico.

—Creo que ha perdido el conocimiento —dijo YoonGi con voz indecisa. Los dos paramédicos inmovilizaron el cuerpo de _____ en la camilla. Antes de conducirla a la ambulancia comprobaron que, aunque débil, seguía teniendo pulso.

YoonGi contemplaba la escena, de pie, viendo como el médico de urgencias y su ayudante realizaban los primeros auxilios con el fin de estabilizar a _____.

La explosión los había pillado por sorpresa. No estaban preparados para eso. ¡Joder! Se supone que solo era una misión de seguimiento. No una batalla campal.
En un breve lapso de tiempo se había desatado el infierno. Ambos, permanecían ocultos en el segundo piso del edificio observando como Go MinGyu, conocido traficante, manejaba sus asuntos.
No tenían que intervenir, únicamente comprobar la rutina de las entregas.
El departamento sabía perfectamente cómo, dónde y cuándo se realizaban esas entregas, pero seguía permitiéndolo con el único fin de que Go MinGyu se confiara, aumentara el volumen y así cazarlo bien, sin posibilidad de alegar consumo propio u otra serie de tonterías para que un buen abogado lo librase.
La operación de seguimiento y vigilancia les había costado ya a otro agente, siendo descubierto mientras transmitía información, por lo que SeokJin, el supervisor de _____ y YoonGi, había decidido realizar toda la operación desde fuera.

Llevaban más de seis meses recogiendo información, largas horas de aburridas comprobaciones hasta encontrar el lugar exacto, un edifico de reciente construcción, aún medio vacío, aparentemente de oficinas, donde habían alquilado una de ellas, desde el segundo piso los dos agentes podían observar con cierta tranquilidad todos los movimientos que se realizaban en la planta baja a través del patio central del edificio.
Nadie sabía que _____ y él se habían instalado como una pareja de aburridos contables que iniciaban su andadura profesional. Incluso habían colocado la placa en el portal del edificio, y otros agentes los visitaban con documentos para simular la actividad. El plan era perfecto.

Pero mientras se cerraban las puertas de la ambulancia, con ______ dentro, aún inconsciente no podía menos que maldecir, acordarse de la madre de unos cuantos.

—Debe usted acompañarnos, esos rasguños no tienen buen aspecto —le dijo el médico antes de subirse a la ambulancia.

—¿Ella…?

—Mire, de momento no se preocupe, la hemos estabilizado, nos la llevamos al hospital, usted debería venir también.

—Estoy bien —contestó YoonGi resignado.

Si accedía ir al hospital era más bien para seguir a su compañera, no por sus propias heridas.
A YoonGi le importaban una mierda sus rasguños, apenas unos arañazos en el brazo y en la cara, nada comparado con lo ocurrido a ______. De todas formas quería acompañarla, de momento era el único que estaba allí, hasta que llegase SeokJin y su aluvión de preguntas.
Eso sí era verdaderamente odioso. ¿Cómo iba a explicarlo? Se suponía que estaban protegidos, que la misión no entrañaba riesgos, el aburrimiento y el sopor no podían ser considerados como tales. Ahora lo que realmente importaba era su compañera.

Al llegar al hospital empezaron a dolerle los oídos con la cantidad de personas a su alrededor, mientras conducían a _____, aún inconsciente, a una de las salas de urgencias.
Aunque protestando siguió a una enfermera que se empeñó en curarle sus malditos rasguños. Como él ya sabía no eran importantes pero no iba a discutir, permitió que le lavaran y desinfectaran las heridas, cuanto antes estuviera libre mejor.
Cuando por fin salió de la sala de curas se encontró frente a frente con su superior.

그렇게 쳐다보지마 [🄰🄳🄰🄿]★☆★☆ Jimin メ _____☆★☆★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora