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—¡Para!

—¿Qué?

—Que por aquí no se va a mi casa.

—Joder, qué susto me has dado.

—No era mi intención.

—Eso ya lo sé. —Jimin la miró de reojo—. Pero hoy prefiero que nos quedemos en mi departamento.

_____ gruñó.

—¿Departamento? Vamos Jimin, no seas modesto. —Le dió un suave codazo—. Eso no es un departamento, entonces dónde yo vivo. ¿Es una ratonera?

Él, por prudencia, no contestó a eso.

—Mira, simplemente me parece estimulante cambiar de ambiente —dijo entrando en la urbanización.

—¡Ja! Estimulante. —_____ podía ser de lo más grosera si se lo proponía—. Puedes decirlo ¿sabes? Mi casa es una mierda.

—Yo no he dicho eso, simplemente… —Se estaba empezando a mosquear—. ¿Podemos disfrutar de una noche diferente?

—¿Qué es eso de una noche diferente? —______ se acordó del tacto del cubrecama de la cama de Jimin. ¡Oh dios!—. Bueno, pero podías habérmelo dicho antes —fingió enfado.

—Ya, bueno, pero entonces probablemente te hubieras negado. —Probablemente no, seguro.

Puesto que ya había salido a relucir una ______ menos diplomática no esperó a que Jimin abriera la puerta del copiloto, cuando la vió bajar del auto simplemente suspiró y puso los ojos en blanco, claro que al fijarse bien en su trasero recubierto por los ajustados jeans pensó que le daba igual las mil y unas tonterías de la etiqueta, ______ estaba allí, con él, e iba disfrutar mucho, muchísimo.

Recogió la botella de licor y subieron al ático. Ella lo miraba de reojo, mientras Jimin, nada más abrir la puerta examinó la correspondencia que había en la pequeña mesita de la entrada, parecía tan indiferente, tan tranquilo, joder, se supone que estaban allí para algo ¿no? Bueno, pues que empiece el espectáculo.
Pues empiézalo tú idiota, dijo una vocecita en su interior.

Lo siguió al inmenso salón, sin haber realizado ningún acercamiento, cobarde, allí él le sirvió una copa. Sin preguntar, claro.

—No puedo tomar alcohol.

—No trato de emborracharte para llevarte a la cama, si es lo que piensas.

—Ya lo sé, señor refinado, simplemente no creo que con la medicación que cierto médico me ha obligado a tomar combine muy bien.

—Lo siento. —Había olvidado la medicación—. Bueno, simplemente prueba un sorbito, está realmente bueno. —_____ lo miró escéptica—. No te va a pasar nada. —Ella lo volvió a rechazar—. Está bien. —Dió un gran sorbo y se acercó a ella, besándola con ímpetu haciéndole probar el licor—. ¿Te gusta?

—Mmmm… Sí. —Y se echó a reír descaradamente.

Se alejó de él mientras paseaba por la estancia, Jimin no le quitaba el ojo de encima, apoyado en el respaldo del gran sofá, como ella iba tocando ligeramente las cosas.
Cualquiera que la conociera un poco se habría dado cuenta de que ella no se había criado en la abundancia, y ahora tampoco estaba como para tirar cohetes. Le intrigaba saber en qué clase de hogar había crecido, era una mujer demasiado pragmática, y por lo poco que había observado en el departamento de ella, gastaba lo justo y necesario.
¿Tacaña?, podía ser, aún así, no parecía de esas, simplemente parecía una mujer acostumbrada a vivir con pocos recursos y a sacar provecho de ellos. No podía reprochar eso, de todos modos, allí, en aquel gran salón se sentía un poco raro, no quería que se sintiera inferior, simplemente disfrutar con ella de unas ciertas comodidades. ¿_____ lo entendería así?

그렇게 쳐다보지마 [🄰🄳🄰🄿]★☆★☆ Jimin メ _____☆★☆★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora