Miró fijamente la puerta, agudizando el oído para asegurarse de que todo estaba según lo previsto. No podía arriesgarse, debía mantener la cabeza fría, no dejarse llevar por las emociones… ni por las ansias de nicotina.
Dudó unos instantes al tener en su mano el cigarrillo más deseado de la historia.
Jugueteó con el encendedor.
¿Al encenderlo haría mucho ruido?
¿Por qué no había pedido cerillas?—Mmmm —murmuró extasiada al dar su primera calada—. Esto es la gloria.
Se dió cuenta de que quizás la abstinencia la estaba transformando porque hablar ella sola y de esa forma solo podía ser producto de un intenso deseo: fumar.
Era el mejor cigarrillo de su vida, como el que una se fuma después de un polvo increíble, claro que haciendo un repaso rápido el polvo increíble tendría que ser producto de su imaginación, a falta de algo verdaderamente bueno como para recordarlo.—¡Sííí! —Volvió a suspirar, mientras disfrutaba expulsando en humo—. Estoy como una puta regadera. —Sonrió al pensarlo, pero qué importaba, ahora era cuestión de disfrutar del momento ¿no?
Cerró los ojos, disfrutando del cigarrillo prohibido, esa era una buena definición. ¡Oh sí!
—Dame eso.
—¿Cómo? —Preguntó sobresaltada abriendo los ojos de golpe.
—¿No sabes que esto es un hospital?
—Yo…
Jimin le quitó el cigarrillo, abrió la ventana y lo apagó en el alféizar, tirándolo después. Ella aprovechó para ocultar, lo mejor que pudo, la caja de cigarrillos y el mechero, vale, Jimin la había sorprendido jodiéndole el momento, pero bueno, podría tener una segunda oportunidad.
Solo era cuestión de esperar el momento apropiado, no precipitarse y preguntarle cuando acababa su turno.—¡Joder! —Exclamó Jimin.
______ lo miró hasta ese momento nunca antes lo había visto hablar con ese tono y ese lenguaje.
—No pude evitarlo —contestó ella con voz apagada, intentando aplacarlo y parecer casi inocente.
—¿Sabes qué enfermera está de guardia?
—¡No!
Y eso pasa cuando te dejas llevar por el ansia. Primero debía haberse informado de todos los contratiempos posibles, se recriminó mentalmente.
—Esa misma —le dedicó una mueca burlona—. Te puedes imaginar lo que pasará si ella aparece.
—No lo sabía. ¡Joder! Qué suerte tengo.
Se quedaron unos minutos en silencio mirándose, Jimin, aparentemente había recuperado la calma, claro que por dentro estaba a punto de estallar.
Como un adolescente revolucionado por sus hormonas, un adolescente cachondo sería una buena definición, se había acercado hasta la puerta de la habitación de ______ con la intención de echar un vistazo, no de carácter profesional, deseaba verla simplemente. ¿Eso era tan difícil de explicar? Había hecho el idiota, desde luego, pero cuando estaba a punto de abrir la puerta oyó esos murmullos. ¡No podía ser! ¿Acaso ella se estaba masturbando? O peor aún. ¿Había recibido alguna visita masculina a esas horas de la noche? De acuerdo, el hospital no iba prohibir las relaciones sexuales de sus pacientes, aunque tampoco iba a alentarlas.
Pero la idea de que estuviera con otro… pero esa estúpida idea la desechó en dos segundos, cuando al escuchar atentamente solo recibió los sonidos guturales de la garganta de ______. ¡Oh sí! Ella, estaba seguro, se estaba masturbando, eso le bastó para empalmarse en dos segundos.
Se la imaginaba tumbada, relajada explorándose a sí misma, claro, ella era una mujer que seguramente aceptaba tranquilamente su sexualidad y no tenía por qué avergonzarse de satisfacerse a sí misma, pero claro, podía por lo menos dejar mirar, o colaborar.
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그렇게 쳐다보지마 [🄰🄳🄰🄿]★☆★☆ Jimin メ _____☆★☆★
RomanceJeon ______ tiene una firme filosofía: No se puede tener todo en ésta vida. Ella no ha tenido buenas experiencias sexuales y empieza a preguntarse si de verdad existen las buenas experiencias; así que poco a poco va olvidándose de los hombres y de...