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—N..no, no creo que pueda soportarlo más —se quejó ella tras alcanzar un explosivo orgasmo y desplomándose encima de Jimin. Él había tardado tan solo unos segundos más en correrse.

—No me vengas con eso. —Rodó con ella hasta colocarse de lado. Cualquier cosa con tal de no perder su calor.

—Sí, créeme, lo digo en serio. —Se separó de él y empezó a buscar algo en la mesita de noche.

—¿Qué buscas? —preguntó Jimin sin mirarla oyendo los ruidos.

—Nada —respondió intentando evitar más preguntas.

______ lo necesitaba, por más que él se opusiera protestara o lo que fuese ella iba a disfrutar del cigarrillo post coital más intenso de su vida. Así que le dió la espalda, encendió el cigarro y suspiró, sí, desde luego que sí. Perfecto.

—Dame eso. —Se lo quitó de los dedos.

Ella se giró rápidamente para recuperar su cigarrillo, decidida a pelear por él, Jimin no iba a arruinar ese momento.
Pero al darse la vuelta se encontró a Jimin sonriendo, exhalando el humo. ¡Él también se había rendido! Dió otra calada antes de devolvérselo.

—Es el mejor —afirmó ella.

—No lo dudes.

Compartieron el cigarro en silencio, abrazados y sin moverse, el instante era demasiado intenso, como para cambiarlo, allí los dos tumbados, estirados el uno junto al otro, desnudos y en silencio.
¿Se puede pedir más?
Apagó el cigarrillo y volvió a acurrucarse junto a él, él todo un caballero, como siempre levantó el edredón para arroparlos, esta vez sí iban a dormir juntos, sí, iban a compartir la cama sin pasar la noche en vela.

—¿______? —Susurró junto a su cuello. Estaba inquieto, esa mujer que ahora se mostraba relajada era en otros momentos demasiado quisquillosa y peleona.

—¿Mmmm? —ronroneó enroscándose aún más.

—Nada. Duerme. —Y depositó un suave beso en su cuello. Ahora no era el momento de profundizar en eso.
Quería preguntar cuánto tiempo hacía que no había tenido sexo, ya que la reacción al llegar al orgasmo le había parecido tan exagerada… ¿Era de esas mujeres gritonas? ¿O estaba fingiendo? Eso lo irritaba de sobremanera, lo odiaba, prefería la cruda realidad, pero ella parecía mostrarse natural, no tenía por qué mentir en eso, además ella misma lo había expresado con palabras elocuentes y con gestos evidentes. Aún así, le extrañaba esa reacción, hasta ahora en sus otras relaciones sexuales las mujeres con las que se había acostado sí manifestaban su clímax pero ninguna como ella. ¿Por qué? Merecía la pena averiguarlo, pero no era el momento, ella se enfadaría.






                                  * * *





Una sensación agradable despertó a ______; movió la nariz, sin abrir los ojos. ¡Café de verdad! Por muy pronto que fuera, se levantaría. Le importaba un carajo madrugar, el olor a café recién hecho era adictivo.

—¿Qué haces levantada tan temprano?

—Lo quiero, ya, dame una taza de ese café —habló casi como una drogadicta con síndrome de abstinencia.

—Podrías habérmelo dicho y te la hubiera llevado a la cama.

—¿De verdad? —Preguntó entusiasmada con la idea.

—Sí. —Sonrió—. No hacía falta que te levantaras.

—Qué amable.

Eso le sorprendió, lo dijo sinceramente, sin pizca de sarcasmo. ¿A qué tipo de hombres estaba acostumbrada ______? A él le parecía de lo más normal llevar un desayuno a la cama a su compañera de sexo, si había sido amable por la noche para llevársela a la cama. ¿Por qué no iba a ser amable por la mañana en la despedida?
¿Quería despedirse de ella?
No.

그렇게 쳐다보지마 [🄰🄳🄰🄿]★☆★☆ Jimin メ _____☆★☆★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora