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—¿Cómo te encuentras? —preguntó sentándose en la cama y tocando su frente.

—¿Jimin? —murmuró algo desorientada, casi sin fuerzas.

—Sí, tranquila —respondió al ver como ella se inquietaba.

—Necesito levantarme.

—No, debes permanecer en cama.

—Jimin —advirtió—. Necesito levantarme. Ahora —dijo apretando los dientes.

—¿Qué necesitas? —Habló de forma suave, tal y como lo había hecho desde que entró en la habitación—. Yo te lo traeré.

—Tengo que ir al baño.

—¡Ah! De acuerdo, vamos. —Él tendió la mano como si le hubiera pedido que la acompañara al auto.

—¡No!

—No seas malcriada.

Pese a las protestas de ella, la llevó al cuarto de baño, para la eterna vergüenza de ella, insistió y la trató como a una inválida.
Bueno, una cosa era preocuparse por ella y otra muy distinta pasarse de la raya. Todo el mundo sabía lo mal que se pasa tras excederse con el alcohol pero la sobreprotección de Jimin resultaba un fastidio.

Tras su obligada parada en el aseo, él la condujo de nuevo al dormitorio, obligándola a acostarse, _____ no quería, de verdad que no, a pesar de tener la cabeza dolorida, prefería despejarse, pero tampoco quería entablar una pelea con él, a pesar de su comportamiento estaba allí, cuidándola, de modo excesivo según su opinión, pero allí seguía, eso era lo realmente importante.
Quería decirle cuanto lamentaba su reacción en el club de golf, decirle que él no se merecía pagar los platos rotos y su mal humor, pero no encontraba las palabras. Además él se estaba mostrando tan cariñoso, protector y atento que era difícil; en el fondo a todas nos gusta que nos mimen de vez en cuando, reflexionó.

—Jimin… —Ella rompió el silencio.

—Dime.

—¿Por qué estás aquí? —Él la miró medio sonriendo—. Quiero decir, no es que me importe que estés, bueno, mierda —farfulló, así no, joder—. Verás, pensé que… bueno, em…

—Todavía creo que estás borracha —dijo con una pizca de humor—. Descansa, ya hablaremos.

—¡No! —Tranquila _____—. Esto…, no… —Se sentó en la cama, él seguía sentado a un costado—. Lo que quiero decir es…

Quieres decirle tantas cosas, pero… ¿cómo reaccionará él? Oh Dios, oh Dios, que pedazo de idiota estoy hecha.

Pero encontrar las palabras justas no era su fuerte, había empezado mal, él la estaba mirando, a la espera, sin saber que reacción qué salida tomar. ______, debes pasar a la acción; oyó esa voz en su interior. Era lo mejor.
Se acercó a él, lentamente, como para darle tiempo a escabullirse colocó una mano sobre su muslo e inclinó la cabeza para rozarle los labios, Jimin suspiró, no de desagrado, sino de incomprensión.

—______. —Recibió otro beso que lo cortó— debes descansar, no te preocupes, me quedaré, no estás en dispos… —Ella de nuevo se pegó a él y movió lentamente su mano subiendo por el muslo hasta llegar a su miembro, acariciándolo por encima del pantalón y sintiendo como se endurecía bajo sus atentos cuidados.

—Ahora no quiero que me cuides —alegó ella abrazándolo— quiero otra cosa.

—No me lo puedo creer. —La tenía encima, excitándolo, provocándolo; joder, claro que él quería exactamente lo mismo pero le parecía tan inapropiado…— Está bien, me rindo.

그렇게 쳐다보지마 [🄰🄳🄰🄿]★☆★☆ Jimin メ _____☆★☆★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora