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Jimin se despertó sobresaltado, miró de reojo el despertador por encima de ______, casi las cinco de la madruga, humm. Ella volvió a moverse inquieta, la tenía entre sus brazos, y parecía querer soltarse, aflojó un poco y ella pareció relajarse. Estaba profundamente dormida, eso era seguro, y estaba preciosa, aunque la única fuente de luz procedía del reflejo verde de los números del despertador era plenamente consciente del cuerpo que tenía a su lado. Suspiró, se había despertado, completamente.
Ese es un riesgo que tienes que asumir cuando duermes junto a una mujer desnuda, una mujer a la que deseas y una mujer a la que no tocaste antes de caer rendido de cansancio después de un día agotador.
Tenía que estar saciado, de momento, por la tarde lo habían hecho y eso en anteriores ocasiones lo dejaba más o menos satisfecho, pero no, el calor del suave cuerpo femenino lo estaba llamando.
Se separó un poco de ella, puesto que le iba a resultar difícil conciliar de nuevo el sueño y puesto que tampoco iba a poder satisfacer sus apetitos sexuales momentáneos que mejor forma de pasar el tiempo que observándola.
Puso una mano sobre su cadera, le hubiera encantado que ella se despertase en ese mismo instante, pero él no iba a hacerlo, le parecía cruel interrumpir su sueño, ya tendrían tiempo por la mañana. De eso no quedaba duda.
Pero…
La acarició muy muy lento, apenas con las yemas de los dedos, no quería perturbarla, simplemente disfrutarla. Ver como el cuerpo de ______ hablaba por sí solo, como sus terminaciones nerviosas respondían a cada uno de sus leves toques.
_______ cambió de postura y él se detuvo, temiendo haberla despertado, pero el cambio era mejor, ella dejó de darle la espalda para tumbarse boca arriba, y la cabeza ladeada.
Volvió a posar una mano sobre la cadera, pero resultaba irresistible tocarla en el centro. Esa estrellita que ella llevaba recortada en su vello púbico lo traía por el camino de la amargura… Sonrió en la oscuridad, en silencio, _______ para unas cosas tan tradicional y para otras tan arriesgada. Eso demostraba su teoría, debajo de esa falsa mojigatería estaba una mujer deliciosa y seguramente más abierta a nuevas experiencias de lo que ella iba a reconocer abiertamente. Sí, iba a ser divertido (entre otras cosas) ver como ______ iba tomando, poco a poco, nota de su potencial como mujer.
Con un dedo dibujó repetidas veces la silueta de la estrellita pero era insuficiente, no podía quedarse así, ella al tener las piernas ligeramente separadas se lo estaba poniendo muy fácil; bajó lentamente el dedo para pasar lentamente sobre la abertura de su vagina, sin profundizar. Esperando su reacción, pero ella simplemente se movió un poco, seguía dormida.
Excelente.
Prometedor.
Y entonces sintió la necesidad imperiosa de probarla, de saborearla, hasta el momento se había limitado a tener sexo más o menos convencional con ella, pero sabía perfectamente que cualquier mujer adoraba el sexo oral. Ella no iba a ser diferente.

Se deslizó hacia abajo, con cuidado de no moverse bruscamente para no despertarla, ni tampoco de quitar completamente el edredón que los cubría, sintiéndose como el niño al que por fin conceden su deseo, oh sí, él iba a disfrutar tanto o más que ella.
Igual que había recorrido con el dedo el dibujo empezó a recorrerlo con la punta de su lengua, se detuvo, miró hacia arriba, esperando una reacción, pero ella seguía igual. Excelente.
Con cuidado separó un poco más sus piernas, por fin tenía ante sí lo que tanto había deseado, todo para él. Separó sus pliegues con suavidad, con un dedo, dando tiempo a que el cuerpo de ella fuera lubricando la zona, siguió pasando un dedo, dejando que se empapara de los fluidos femeninos y cuando ya no pudo más bajó la cabeza hasta poder por fin pasar la lengua. Estaba excitado al máximo, sintió como su polla se endurecía al límite, pidiéndole que de una vez saciara su apetito, sus instintos más básicos lo estaban llamando. Gruñó sin reprimirse.

Alguien o algo enredaba entre sus piernas, no era desagradable, pero sí extraño, intentó cambiar de postura, pero no podía, no sabía por qué pero no podía. Supuso que al no estar acostumbrada a dormir con un hombre tropezaría con él en el cama pero aún así…
Cuando, más o menos, llegó a una conclusión chilló.

그렇게 쳐다보지마 [🄰🄳🄰🄿]★☆★☆ Jimin メ _____☆★☆★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora