Mini maratón
Alejandro
Me desperté con su olor, ese olor, me invadió por dentro. Negué para mí mismo. Joder, cuanto me gusta. El olor claro. Está abrazada a mí con su cabeza apoyada en mi pecho, con todo su pelo desordenado sobre este, agarré un mechón y jugué con él entre mis dedos. Ana se movió, yo rápidamente lo solté haciéndome el dormido.
Falsa alarma, fiera.
Calla un ratito anda.
Pensé en levantarme, pero no quiero, pensé en Clara como motivo para levantarme, lo hice, cuidadosamente para que no se levantara, me dirigí a la puerta y la miré antes de salir de la habitación.
Es preciosa.
Clara está totalmente dormida, maldije haberme levantado. Entré en la cocina y me preparé un vaso de leche con galletas, escuché pasos y levanté la mirada, ella. Lleva mi camiseta, mis pantalones y el pelo despeinado, recordé que hace un momento yo estaba jugando con uno de esos mechones.
- ¿Haces algo hoy? – pregunté mirándola, ahora se estaba haciendo un moño despeinado, muchos pelos quedaron fuera de la goma que sujetaba la mayoría del pelo. La verdad es que no tenía pensado hacer nada, no tengo ninguna sorpresa preparada ni nada, pero me apetece pasar el día con ella.
- No, creo que no – dijo bostezando.
- Pues pasas el día conmigo – dije sonriendo, ella me devolvió la sonrisa. Así me gusta morena.
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- Va anda – dijo abriéndole la puerta a Clara.
- Es que no... se va a cabrear.
- Pues normal chica – dijo, Clara puso los ojos en blanco y entró en su casa.
- Bien – dije sentándome en el asiento del copiloto con una enorme sonrisa –, te recojo a las 18:00.
- No, te recojo a las 16:00 – la miré frunciendo el ceño – ¡Sorpresa! – dijo al mismo tiempo que el abrí la puerta para salir y entrar por la puerta. No pude reprimir esa sonrisa tonta.
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Es mediodía, quedan dos horas para que me recoja. Saqué de la despensa unos espaguetis y de la nevera tomate, cogí un cazo y lo llené de agua para después calentarla.
Después de comerme unos espaguetis con tomate, saqué de mi armario una sudadera negra con dos calaveras en la parte de atrás, y unos pantalones de chándal. "Diez minutos" pensé mirando el móvil, me senté en el sofá y esperé hasta que oí el timbre, me levanté y abrí la puerta. Rápidamente unas manos cubrieron mi rostro.
- ¡Oye! – me quejé. Pero por dentro hasta lo agradecí, tener a la morena cerca me encanta. Borra eso.
- Calla y camina hasta el coche – obedecí, reprimí las ganas de decirle "cállame". Me senté en el asiento del copiloto y separó sus manos de mi rostro. Fue un camino de unos quince minutos más o menos, ella se mantuvo callada durante prácticamente todo el camino, y cuando yo le preguntaba "¿A dónde vamos?" ella contestaba "Ahh" encogiéndose de hombros sin separar la vista de la carretera.
Entonces llegamos.
- ¿Cuál vamos a ver?
- Ya lo veras – estamos en un autocine que hay a unos veinte minutos de mi casa, bueno, y de la suya más o menos también.
La peli estaba a punto de empezar. Ana, de una mochila que se había llevado consigo, sacó unos perritos calientes y unas palomitas. Y, entonces, salimos del coche que había aparcado al revés, iba a decírselo cuando lo vi. Toda la parte de su pick up rollo americano negro estaba cubierta de cojines y mantas, ella se acomodó en la parte de atrás, y yo hice lo mismo, intentando disimuladamente acercarme a ella. Lo de disimuladamente creo que no lo conseguí, pero bueno, ¿Qué se le va a hacer?
- ¿Cual? – dije impaciente.
- Flipped.
La película comenzó, si soy sincero, casi todo el tiempo que estábamos viendo la película estaba pendiente de ella. En cierto momento la rodeé con los bazos atrayéndola hacia mí. La película acabó. Mi turno.
Nos metimos en el coche y le indiqué hacia donde tenía que ir. Llegamos a una colina, subimos a lo alto, estaba oscureciendo cuando llegamos a la cima. Saqué un mantel de picnic que había metido en mi mochila y la puse sobre el suelo. Nos tumbamos, saqué los auriculares y ese en aleatorio canciones de mi playlist. Ya está oscuro, lo único que alumbra son las miles de estrellas que pintan el oscuro cielo dándoles luz, tal y como mi morena hace conmigo.
Para que poto.
- Esta canción me recuerda a ti – dijo haciendo que prestara más atención a la canción, está sonando el principio, los acordes, de Mine... me gusta esa canción.
You're so fucking precious when you smile,
Hit it from the back and drive you wild,
Girl I lose myself up in those eye-eye-eye- eye-eyes,
I just had to let you know you're mine
La canción empezó a llenarme por dentro, estamos acostados, giré la cabeza hacia ella, joder, no puedo aguantar más, está muy cerca.
Quería besarla, pero no sé si debería... en este momento es la única persona que me hace feliz, pero ¿y si ella no quería? Lo estropearía y nunca me lo perdonaría, volví la vista hacia el cielo, y me levanté. Joder, estoy jodido.
Ya no sé qué hacer, debería ser valiente y besarla o arriesgarme a perder a la persona que más amo en este mundo. Decidí ser un cobarde.
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Mi querido accidente (COMPLETA)
RomanceDos estrellas que son demasiado brillantes como para estar con luces apagadas. Solas brillan, pero juntas alumbran tanto que la oscuridad de los demás deja de importar, y la oscuridad en ambos corazones empieza a sanar. "Dos almas no se encuentran...