9

26 5 0
                                    

Ana

Abrí los ojos lentamente, y sentí una presencia dándome suaves sacudidas.

- Vamos morena – poco a poco fui entendiendo más lo que había a mi alrededor. Estoy en casa de Alex, y es lunes, vale, Alex me está despertando para que vayamos a clase. Genial, me muero de ganas, que se note mi sarcasmo. Me levanté despacio y me quité la fina sabana que tenía cubriendo mi cuerpo. Frunció el ceño y se rió. Fuimos hacia la cocina, Alex desayunó leche con galletas, y yo desayuné un café, y le robé algunas galletas. Un café que, según Alex, está asqueroso y por eso no se lo toma, dice que lleva desde que se mudó ahí, prácticamente lleno. Ni caso, está riquísimo.

----

- Adiós – no nos toca literatura, así que él se despide con un beso en mi frente y se da media vuelta para entrar en la clase que justo ahora hemos dejando detrás.

- Yo no digo nada, pero erais solo amigos – dijo sonriendo con mirada burlona -. Me alegro por ti.

- Tía, que solo somos amigos – me giré para mirarla, y ella puso los ojos en blanco- ¿Y tú, no crees que te pasaste con el alcohol? – dije, espero que no se haya notado mi brusco cambio de tema.

No se ha notado nada.

Gracias.

Se llama sarcasmo.

- Nah.

- El próximo fin de semana no vienes – hizo pucheros, pero yo negué rotundamente recordando la gran escenita que tuve que presenciar para sacarla de allí. Entramos en una de las aulas que teníamos a nuestra derecha -. Pero ¿tú no te acuerdas de cómo te saqué de allí o qué?

- La verdad es que no.

- Clara, me llamaste mientras estabais haciendo vuestras cositas. Llegué y te vi desnuda. Y, por si fuera poco, tus amiguitas me intentaron meter mano. Unirme a vuestra fiesta. Entonces te vestí y te llevé a casa de Alex.

- Uy, son cosas que pasan. Hubiera molado que te unieras – dijo, riendo entre dientes.

- La próxima vez me uno – le guiñe un ojo y las dos nos reímos.

----

- Vamos – me sorprendió Alex en el marco de la puerta de mi última asignatura del día, hoy voy a ir a verle en su entreno de baloncesto.

Llegamos a la cancha quince minutos antes de que comenzará el entrenamiento, vi unas gradas al final del campo, y me senté en ellas, me despedí de Alex con un abrazo rápido. Vi a Alex entrar en unos vestuarios que había en una esquina. Saqué el móvil y escuché que alguien hablaba detrás de mí. Esa voz me suena. Me giré, y menuda sorpresa, que felicidad.

- Hoolaah Anitaa – es Lucas. Ha bebido, ha bebido más que Clara la última vez. Se supone que no bebe, o por lo menos no bebía. Está a unos dos metros de mí, pero el olor de alcohol mezclado con tabaco es evidente a pesar de la distancia -. ¿Qué haces aquí bonita? – dice acercándose a mi para agarrar mi cintura.

- Nada que te importe – dije separándolo de mí.

Eso.

Gracias.

- Cuando estabas conmigo eras más dulce, a lo mejor deberías plantearte volver – dijo sonriendo pícaramente y apoyado para no caerse.

- ¿Para qué me pongas los cuernos otra vez? No gracias. Y solo soy borde contigo – dije y él simplemente soltó una carcajada.

- ¿Qué haces aquí Ana, te lo vuelvo a preguntar?

Entonces escuché que alguien hablaba detrás de mí de nuevo.

Mi querido accidente (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora