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Mini-maratón

Alejandro

- Me lo he pasado genial con tu madre.

- Te adora - sé que ya lo sabe, pero yo se lo quiero recordar. Quiero ver esa sonrisa feliz en su cara, quiero verla feliz, porque ella me hace feliz. Y así es, aunque intenta disimularlo una sonrisa pinta su cara. Y yo sonrió, porque me hace feliz verla contenta, verla sonreír, y que se preocupe y le ilusione gustarle a mi madre.

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Ana

- Venga, vamos a ver una película.

- Vale - Alex pone una película al azar. Una romántica, ya es tradición. No estamos muy pendientes de la película, en verdad no sé lo que está pasando, solo sé que no es mi mejor día, y tengo a Alex a mi lado, abrazándome.

- ¿Te acuerdas ese día que vimos la película después de ver Flipped?

- Claro que me acuerdo.

- Te quise besar, no lo hice porque no quería perderte. Y la canción que me dijiste que te recordaba a mí, "mine", cuando volví a casa estuve pensando en ella, y me la puse varias veces, me dormí con ella de fondo - sonreí, y el continuó - ¿Te acuerdas de la fiesta en la que besé a una chica?

- Sí.

- Pues, la chica en la que estaba pensando era en ti Ana - le miré a los ojos. Tenía una leve sospecha, bueno, esperanza. Desde que me lo dijo estuve dándole vueltas, esperando que esa chica en la que pensaba fuera yo. Sonreí - ¿Te acuerdas de que no tengo coche verdad? - asentí -. Vale, a lo mejor, solo a lo mejor, tengo una moto desde hace dos años más o menos en el cobertizo de detrás - abrí la boca sorprendida y le empujé suavemente, estupefacta -. Morena, tenía que poner alguna excusa para que me llevaras todos los días - al ver mi sonrisa él también sonrió -, menos mal que te he hecho sonreír, ya lo estaba echando de menos. No sabía que más decir para sacarte una sonrisa.

- Te quiero - eso fue lo único que le pude decir, no le reproché nada, no había nada que reprocharle. De hecho, creo que lo que me acaba de contar, lo que acaba de hacer, solo hace que le quiera más.

- Yo te amo.

Abro mucho los ojos, este pelinegro me vuelve loca. Le abrazo más fuerte y disfruto de su olor.

- Yo también te amo Alex. Bueno, me toca - me miró con una sonrisa burlona - lo primero que me encantó de ti fueron tus ojos, aunque eso ya lo tienes que saber, son especiales, diferentes. Me encantan, son muy tú - su sonrisa no hizo más que aumentar -. Ese día, cuando bailamos en tu sofá, creo que sin duda fue el día en el que más me he reído. Cada vez que me tocas y me tocabas, se me eriza la piel, y tú lo notas porque me sonríes con burla y eso solo hizo que me gustaras más. Cuando te veía, me quedaba embobada mirándote, y todos mis amigos pensaban que estábamos juntos y que nos gustábamos desde el principio en parte por eso. Siempre me he quedado analizando cada parte de ti, tu sonrisa, tus ojos, tu pelo, tus hoyuelos... No podía, ni puedo, dejar de mirarte.

- Joder morena, estamos de confesiones eh, no nos hace falta ni la colina - esbozó una sonrisa y continuó hablando - ese día en el que trajiste a Clara después de la fiesta deseé que solo hubieras venido tú, me costó no sonreír cuando nos tocó dormir juntos. Esa misma mañana me quedé unos treinta minutos en la cama. Mirándote, jugando con tus mechones morenos y acariciando tus mejillas - esbocé una sonrisa, ¿cómo le puedo querer tanto? - te amo morena, y siempre lo haré, pase lo que pase.

- Yo también Alex

Mi querido accidente (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora