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Mini-maratón

Alejandro

Hace una semana de la escapada, y he quedado con la morena, me echo el perfume que tanto le encanta y casi me ahogo, puede que me haya pasado un poquito de nada. En cinco minutos hemos quedado en la puerta de mi casa para ir a la colina, donde me dedicó Mine, nunca lo ha confesado, pero estoy super seguro de ello. Dos minutos. Uno. Me tumbo en el sofá, esperando a que la morena llega. Van pasando los minutos. Cinco. Seis. Siete. Miro mi teléfono. Nada. Por cada minuto que pasa miro nuestro chat, ni eso, cada medio minuto. Quince. Dieciséis. Diecisiete... Se habrá retrasado, la llamo. Nada. Otra vez. Nada.

Veinticinco, veintiséis, veintisiete...

La vuelvo a llamar. Nada. El móvil me suena. Miro la pantalla. Número desconocido. Treinta y nueve. Joder...

- Diga.

- ¿Alejandro?

- El mismo, ¿Quién es?

- Soy la madre de Ana – dijo.

- ¿Está bien, parece que está llorando?

- No hijo, es... es Ana, me han llamado del hospital.

- Joder

- Ha tenido un accidente de coche.

- Joder, ya voy.

Cuelgo. Me llevo la mano al pelo, preocupado, voy a por mí moto rápidamente y me monto. Joder.

- Joder Ana – digo, llorando al verla. Joder. Entro en la habitación y veo a Ana tumbada en la camilla. Miro a su madre y ella con lágrimas en sus ojos y todo su rostro impregnado de dolor, niega con la cabeza. No, no, no, no, no.

- No – digo negando. No, tiene que ser broma, ella está bien.

- Lo siento, de verdad que lo siento Alejandro. N-no va a sobrevi- no consigue terminar, se derrumba en mis brazos. Me quedo sin aire. No, no, no. Me quedo petrificado, mi cuerpo no funciona. Noto mi hombro mojado por las lágrimas de su madre. No joder. Las lágrimas brotan solas, yo no las siento. Estoy templando.

- No – digo, ahogado, con la cara húmeda, muy húmeda, mis ojos rojos y mi alma rota. – No, no, no. No. No – me derrumbo, Ana, la morena, mi amor.

No, por favor, no. Deshago el abrazo y voy corriendo a su lado, y no puedo ni hablar. Ana. Morena. No me hagas esto por favor. No, tu no.

- Ana, no joder. Morena. Morena soy yo. Yo. Alex. Alejandro. Ana. No por favor.

- Alejandro, esto e-es d-de Ana, me hizo prometer que, que sí, si le pasaba algo t-te lo daría.

Me derrumbé, caí de rodillas y cada momento juntos me vino a la cabeza. Nosotros me vino a la cabeza. Y esos recuerdos, ese nosotros me está rompiendo el corazón pedazo a pedazo. Me está destruyendo. 

Mi querido accidente (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora