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Mini-maratón

Me vibra el bolsillo, saco el móvil, las 7.08. He quedado con él a las 7.15. Es él.

"Al lado de tu coche"

Sonrió y me terminó la tostada de un bocado. Abrazo a mama y a mis hermanos, mi hermana está encantada con mis mimos, la parejita... no tanto.

- Te echare de menos Ana – me está abrazando tan tan fuerte que siento que me quedo sin respiración.

Les dedico una última sonrisa y salgo de casa feliz, muy feliz. Con mi maleta en la mano. Corro hasta el coche, que estará a unos 5 minutos. Cuando lo veo corro más rápido y le abrazo.

- Hola morena – me saluda con esa sonrisa suya tan suya. Tan Alejandro.

- Vamos, vamos, vamos – él sonríe en respuesta y sube al coche.

Nos pasamos gran parte del trayecto cantando.

- Me estoy meando – me suelta de repente. Joder que fino es.

- Ahora paramos – voy a la gasolinera más cercana. Y en cuanto paro el coche sale de él corriendo. No puedo reprimir una carcajada. Ya que estamos pongo algo de gasolina. Poco después sale Alex del aseo... con una cara de alivio. Reprimo una carcajada, pero no puedo evitar la sonrisa.

- Eh, eh, eh. No te rías de mi – ahora sí que, si no aguanto, me echo a reír apoyada contra el coche.

Volvimos a subirnos, nos quedaban algo así de dos horas y media. Alex no paró de cantar durante todo el resto de camino. Se encargo de poner canción por canción y las cantó como si su vida dependiera de ello, a pleno pulmón. Llegamos al destino, y el camino se me había hecho cortísimo.

Llegamos al camping donde pasaremos los próximos días, es precioso, cerca de la playa.

- Ana, antes me ha llamado mi madre, y me he dado cuenta de que estoy preparado para contarte aquello que no te Conte cuando paso lo de Lucas. – Asentí y el continuó -. Vale, ahora me parece una tontería no habértelo contado, pero sabes la mayoría. Sabes que mi madre y yo no teníamos la mejor de las relaciones, porque ella estaba dolida con él y yo solo te dije que era porque era un carbón y eso. Vale pues resulta que lo que pasó es que mi padre le puso los cuernos a mi madre, y no le pidió perdón, pero tampoco intento seguir con nuestra relación de padre e hijo. Y mi madre estaba jodida, yo también, pero ella más. No soportaba oír su nombre, y a mi me dejó tocado. Yo pensaba que se querían muchísimo, y claro, de repente vi que no tanto, porque no nos ha llamado tan siquiera. Me dejó muy marcado, cuando paso yo era un crio de once años, me jodió. Me prometí que a mí no me pasaría, y cuando Lucas lo insinuó me puse nervioso, mucho. Porque yo te quiero, en ese momento ya te quería, y confiaba en ti ciegamente. Entonces me asusté, no quería que me pasara a mí también, y lo medio pagué contigo. Lo siento.

Le abracé, le dije que no me debía ninguna disculpa, de la manera en la que me trató aquel día me hizo amarlo más. Creo que me dijo algo así como:

"No es tu culpa, estoy enfadado, pero no es tu culpa" o algo así, pero me gustó. Sonrió solo de recordarlo y le abrazo un poquito más fuerte. Siendo consciente de que es él. Estoy enamorada hasta las trancas de él.

- Pero hay algo más – me separo para mirarle a los ojos, esperando a que siga –. Puede que sea un hijo de puta, pero lo echo de menos, mucho de menos – tiene los ojos brillantes.

- Habla con tu madre – no parecía muy seguro, insistí -, díselo, lo entenderá Alex, seguro – me sonrió y sacó el móvil de su bolsillo trasero. Fuera de cobertura.

- Luego la llamo, gracias morena de verdad. Te quiero.

- Yo más Alex, yo más – arquea una ceja y me agarra como un saco de patatas mientras me hace cosquillas.

Mi querido accidente (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora