Capítulo 24: La décimo Cuarta historia

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Los espíritus que nos acompañan

En muchos lugares creen que las animás
nos acompañan más allá de la muerte,
muchos creen en fantasmas y apariciones, yo en realidad
no se lo que es verdad,
no se si mi alma regresará para buscar
aquel a quien una vez pude amar,
no importa si parece imposible,
yo solo quiero ser invisible
a los ojos de los que intenten herirte
pero tener la fuerza para protegerte.

No se si me convertí en espíritu,
no se si seré un fantasma
o al final sea un demonio por mi ímpetu,
pero así crea o no en ello te buscaré,
toda la vida y más allá de la muerte,
contigo yo siempre estaré,
aún cuando no me quieras,
aún cuando me temas,
iré contigo a cada instante.

Era temprano el alba apenas se asomaba, cuando tocaron a la puerta. Eso despertó a la dulce pareja. Ciffer de inmediato imaginó de quién se trataba.

- Reciban a mi hermano por favor... - pidió al viento el ojiverde

- ¿Su hermano a venido? - preguntó la somnolienta pelirroja

- Así es... pero no te angusties... toma un baño... yo por ahora iré a recibirlo... - dijo el pelinegro

Se vistió el caballero y se dirigió al comedor, allí estaba sentado con un plato en la mano el invitado, vestía extrañas ropas, además de muy coloridas, muy reveladoras, con un grueso rosario, no era una vestimenta muy común en ese pueblo, ni siquiera en ese país, lucía como un extranjero de otras tierras. Entonces arribó el sereno hacendado, quien sólo suspiró al ver a su hermano.

- ¿Qué te trae a ésta casa Kurosaki Ichigo? - dijo frío el pelinegro

- ¡Vaya! ¿Así recibes a tu hermano? Vine desde África para hacer los trabajos más ruines de nuestro padre y ¿qué recibo? Solo tú gélido trato... bueno que me puedo esperar... - dijo con un gesto molesto el intruso

- Tú y yo siempre hemos sido cercanos, aunque tengamos nuestras diferencias... no por eso tienes que ser tan dramático, solo pregunté ¿qué te trae a mi casa? No es común en ti venir a buscarme... - dijo el de pálida piel con un suspiro

- De acuerdo, de acuerdo... vine porque mandaste a tus sirvientes en lugar de ir personalmente... - dijo más serio el exótico

- No era muy especial. Haz tenido mejores negocios... - dijo el ojiverde

- Lo admito. Pero me sorprendió de tu parte. Normalmente eres más atento - dijo el pelirrojo

Entonces llegó la dama, estaba algo anonadada ante el hermano de Ciffer.

- Lamento la intromisión... - dijo la apenada chica

- No es molestia. Adelante toma asiento... - dijo el esposo

- ¡Buen día Inoue! ¡Espera! ¿Es cierto? Estás embarazada... pensé que era una broma... no creí que realmente fuera cierto que Ulquiorra Ciffer tuviera un hijo... además no es como nosotros... - dijo serio con una mirada profunda el hermano

Sus últimas palabras llamaron la atención de la doncella. A su vez le hicieron sentir incómoda.

- No es broma. Es en serio que estoy esperando un hijo... además tú sabes bien que yo soy neutral... era obvio que fuera normal... - dijo algo apenado el hacendado

- Sí lo entiendo... de todas maneras... Inoue... recuerda que nosotros siempre estamos cerca de ustedes... tu familia y la nuestra siempre estado unidas, desde hace generaciones... claro que está es la primera vez que emparentamos... - dijo el invitado

Los ojos de la muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora