Todas mis cicatrices // Hyunmin

흉터 17: Cita 흉터

Seungmin cerro su taquilla de un golpe. Debía ir a la biblioteca a estudiar francés para su examen.

Pero se encontró de camino a Hyunjin, quien le sonrió. Sus mejillas se sonrojaron, mientras sonreía nervioso. Después de la escena en el prado, se sentía esa tensión entre ellos.

- Hola, Minnie.- saludo el mayor, sonriendo.- ¿Dónde te dirigías?- pregunto curioso.

- Iba a la biblioteca a estudiar.- explicó, elevando el libro en su mano.- ¿Ibas a la cafetería?- pregunto.

El mayor negó.- No, te estaba buscando.- admitió, sorprendiendo al castaño.- ¿Quería preguntarte si querías ir a una cita, conmigo?- pregunto al fin.

Seungmin sintió su corazón latir de forma acelerada.- Claro.- respondió nervioso, bajando la mirada a sus manos.- R-Recogeme esta tarde en mi casa.- le dijo, antes de irse, prácticamente corriendo.

¿Hyunjin le había pedido una cita? ¿A el? Estaba tan emocionado que no podía dejar de sonreír.

Hyunjin estaba igual o peor que el. Minho le había dicho que se apresurara a tener ese detalle con el omega o pasaría como con el y Felix.

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Alguien llamo al timbre y Seungmin se dirigió a abrir la puerta, nervioso.

Hyunjin estaba al otro lado de esta, sonriéndole amable. Vestía con una camisa negra y pantalones del mismo color. En cambio, el menor vestia con un jersey de lana color beige y unos pantalones de un tono claro azulado, casi blancos.

- Estás muy lindo.- alago el mayor, tratando de no mirarle tanto, pero realmente se veía muy lindo.

Seungmin se sonrojó, asintiendo.- Tu igual. ¿Vamos?

Se odiaba por ser así, el no se sonrojaba con tanta facilidad.

Salieron del edificio del menor, caminando por la calle de forma tranquila. Hyunjin entrelazó su mano con la del menor, provocando mariposas en ambos estómagos.

Al poco rato, llegaron frente a una cafetería que tenía pinta de ser muy viejita. Seungmin quedo fascinado con la decoración, realmente era un lugar precioso.

- ¿Cuándo encontraste este lugar?- pregunto sorprendido mientras se sentaban en una de las mesas.

Hyunjin sonrió ante la emoción contraria.- Fue una noche de casualidad.

Mentira. Aún recuerda perfectamente la noche en la que entro a aquella cafetería gritando y con el corazón en un puño. Sudaba miedo por sus poros. Pero trato de olvidar esa escena.

El mayor pidió un café muy cargado, igual al de su aroma, y el menor un té de cereza.

- Que irónico.- rio el menor, bebiendo de su taza.

Hyunjin también rio.

Hablaron sobre bastantes cosas, las clases, amigos, anécdotas. Hasta que terminaron y decidieron ir a otra parte.

El cielo ya estaba naranja, mientras ellos paseaban por las calles.

- ¿Ahora, donde me llevas?- pregunto el menor, curioso.

Hyunjin negó.- Es una sorpresa, lindo.

Caminaron algo más de rato, llegando hasta un bosque bastante espeso.

- ¿No me digas que me mataras y me enterarás aquí?- pregunto el menor con burla.

Hyunjin río, negando.

A los segundos, llegaron al borde de un precipicio. Desde allí se veía toda la ciudad.

Seungmin sonrió, abriendo sus ojos. Todas las luces iluminadas de la ciudad, con el cielo rosado de fondo, era lo más lindo que había visto.

Se giró a ver al mayor, quien ya se encontraba mirándole, algo que le hizo sonrojarse.

Hyunjin agarro sus dos manos, haciendo que ambos se miraran cara a cara.

- Creo que ya he dejado claro en varias ocasiones lo que siento por ti, pero realmente quería hacer esto.- empezó a hablar, claramente nervioso.- Estoy enamorado de ti, Seungmin. Estamos, tanto mi lobo como yo. Amo cada parte de ti, aunque fueras un poco borde en nuestros primeros encuentros.- ambos rieron por eso.- Por eso quería pedirte que me dejaras ser tu delta.

Seungmin se mordió el labio inferior. Había soñado con eso, pero ahora no sabía que decir.

- Y-Yo... yo también quiero ser tu omega.- admitió, sintiendo ese nudo en su garganta desaparecer.- También me gustas Hyunjin, mucho.

El mayor se aceró a el, abrazándolo por la cintura para acercar sus cuerpos.

- Solo con una condición.- susurro a escasos centímetros del rostro ajeno.- Yo seré el activo.- murmuro sobre los labios ajenos.

Seungmin sonrió.- ¿Quién te ha dicho que te deje ser el pasivo?- pregunto, antes de que el mayor juntara los labios de ambos.

Sus bocas se encontraron en la fría noche, moviéndose al compás. Los labios del omega sabían dulce, a cereza. Se le notaba inexperto en aquel ámbito, pero poco le importaba eso a Hyunjin.

Se besaron durante unos segundos, después se separaron, pero duro poco, ya que el omega volvió a juntar sus labios, siguiendo con el beso.

Hyunjin mordió el labio contrario antes de separarse. Sus respiraciones agitadas se mezclaban entre sí.

- ¿Kim Seungmin, porque eres tan malditamente perfecto en todo?- pregunto el mayor, apartando unos cabellos de la frente ajena.

El menor rio, alegre.- Hyunjin, yo... quería preguntarte algo, pero...

- ¿Cómo fue que me mordieron?- le interrumpió. Seungmin le miro, asombrado. Asintió, algo avergonzado.

Hyunjin suspiro.- Estaba aquí, en este precipicio, cuando del bosque salieron unos alfas. Ellos estaban en celo, por lo que supongo que fue por desesperación, me agarraron e intentaron... ya sabes. Pero, uno de ellos reto al otro a marcarme...- suspiro, tragando duro.- Me mordió, y dolió bastante.- hizo una mueca.- Trate de pedir ayuda, pero las calles estaban desiertas, la única tienda abierta era esa cafetería...- termino de relatar.

Seungmin bajo la mirada.- Lo siento, yo...

- No te disculpes. No tienes la culpa. Tú me explicaste sobre tu cachorro y yo te explico esto.- sonrió, acariciando su mejilla.- Mi lobo no se pronunció en meses, no tenía el celo, no tenía voz de mando, y mi olor era horrible hasta para mí. Hasta que llegaste tú.- le dijo, sonriéndole, haciendo que el corazón del menor se acelerara.- Me salvaste, Minnie.

Seungmin dejo un rápido beso en los labios del delta.

- Tú también me has salvado.

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