흉터 2: Conejito 흉터

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Al salir de clases, el omega fue acompañado por sus dos nuevos amigos. Felix y Jisung habían resultado ser muy amables con el. Se despidió de ellos, dirigiéndose a su departamento.

Al abrir la puerta, sintió el silencio en la casa, algo que realmente agradeció. Estaba realmente feliz de vivir solo finalmente. Muchos de sus conocidos habían dicho que estaba loco marchándose a vivir solo siendo un omega, pero poco le importaba.

Dejo sus cosas en su habitación, marchándose a la cocina para poder comer algo. Agarro algo de comida que le había sobrado la noche anterior, y se sentó en el sofá, con las piernas como indio, comenzando a comer las sobras, que aún estaban ricas.

Su vista se desvió a un peluche entre los cojines del sofá. Era un conejito de peluche, de color gris claro, con ojos de botón. Hizo una mueca. ¿Por qué seguía guardando eso?

Había tratado de deshacerse de él en innumerables veces, pero algo en su pecho se oprimía y terminaba llorando abrazado a él, como en esos momentos.

Había dejado su comida de lado, se había acurrucado, hecho una bolita en el sofá, mientras abrazaba el lindo conejo de peluche, mientras lágrimas rodaban por sus mejillas. Su nariz acarició el peluche, deseando que no fuera un peluche, que fuera su lindo Seongjin. Amaba ese nombre, porque significaba estrella. Eso había sido para Seungmin, una pequeña estrella que ilumino su vida.

Termino por dormirse, con sus mejillas llenas de lágrimas secas.

A la mañana siguiente se dirigió a su instituto con el ánimo en los suelos. Había escondido al peluche de conejo en uno de sus cajoneras, para no tener que verlo constantemente en el sofá, pero seguía sin poder tener la fuerza de voluntad para deshacerse de él.

Camino entre los pasillos, viendo al alfa que ayer lo había acorralado, que ni siquiera le miraba. Realmente había aprendido la lección. El, se había visto demasiado débil, y eso era lo último que quería, porque no quería que los demás alfas lo vieran como alguien fácil, por lo que se dedicó a mirar mal a todo alfa que encontraba.

Debía dejar claro, que alfa, era lo último que buscaba en aquel lugar.

Abrió su taquilla, agarrando algunos de sus libros. Vio como alguien se aproximaba desde su lado izquierdo, y podía ver por el rabillo de su ojo, que no tenia el cabello ni azul, ni naranja. Por lo que cerro la puerta de su taquilla con un golpe seco, haciendo de la persona a su lado dejara de caminar.

Se giró a ver con molestia al alfa que pretendía acercarse a el, y se dio media vuelta, marchándose. El alfa a sus espaldas, ni siquiera se movió.

Llego a su clase, desplomándose en su asiento. Enterró la cabeza entre sus manos, dejando salir un suspiro de cansancio. Alguien se sentó a su lado, y levanto la cabeza, viendo a su lado a Felix, y delante de el, a Jisung, ambos mirándolo con sorpresa.

- ¿Ayer te acorralo un alfa?- pregunto el peli azul, con ambos ojos abiertos como platos.

Suspiro, asintiendo.- Veo que los rumores corren.- murmuro.

Felix se cruzó de brazos, bufando con enojo.- Los alfas son unos idiotas.- dijo seguro.

- Pero bien que estás colado por Minho.- le recrimino Jisung, riendo. El peli naranja se sonrojo, tratando de que sus mejillas no se calentaran tanto.

- Eso no importa...- murmuro avergonzado.- ¡Tú estás enamorado de Jeongin, y no te lo reprocho todo el tiempo!- dijo, indignado.

Ahora fue turno de Jisung para sonrojarse. Seungmin los miraba con intriga. ¿Todos los omegas de hoy en día eran tan bobos? Siempre sonrojados y enamorados de esos alfas estúpidos.

El timbre sonó, marcando el inicio de las clases.

Tener tres horas seguidas sobre historia era aburrido, pero cuando era historia sobre la revolución francesa, entonces Seungmin prestaba atención. Admitía que tenia un problema con Francia y todo lo relacionado.

Salió del aula, junto a sus amigos, mientras estos dos parloteaban entre ellos de forma animada. No prestaba realmente atención, hasta que estos dos se pararon de pronto, provocando que el chocara con la espalda de Felix, quien también había chocado con la espalada de Jisung.

Los dos omegas miraron con intriga donde era que Jisung miraba para estar tan ausente. Hasta que vieron, que miraba a un chico de cabello blanco y piel tersa. Felix sonrió, mientras que Seungmin fruncía el ceño.

- ¿Es un gamma?- pregunto el castaño, tratando de no hablar tan fuerte ni de sonar descarado. Era que simplemente le sorprendía ver a uno, creía que no quedarían más.

Felix asintió, viendo como su amigo peli azul se acercaba a Jeongin.- Jisung gusta de el desde su primer año de instituto.- le explico, tirando de el hacia el comedor.- Dejemos que hablen, son pocas las ocasiones.

Normalmente, los gamma eran muy delicados, solían tener un humor peor que el de los alfas y un aroma el cual solo soportaban los betas, era por eso que Jisung había caído rendido ante Jeongin. Porque para sus ojos, el menor era perfecto.

- Hola, Innie.- saludo el mayor de ambos, sonriéndole al peli blanco.

Jeongin se giró a verlo, con una sonrisa nerviosa.- Hola, hyung.- murmuro tímido.- Quería preguntarle si quería ir conmigo a un museo. Exponen algo nuevo, y me gustaría ir con alguien...- confeso, con sus mejillas de color rojo.

Jisung iba a morir de diabetes.- Claro, me encantaría.- respondió, saltando de felicidad en su interior.























흉터

Todas mis cicatrices // HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora