d o c e

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Cuando entramos en el despacho del abogado de Ava casi se me cae la mandíbula al suelo.

—¿Beck?— Digo sorprendida.

—El mismo— Me mira con una sonrisa.

Tiene la misma cara de egocéntrico que cuando estábamos en el instituto.

—Esto tiene que ser una broma, ¿desde cuando trabajas en San Francisco?—

—No trabajo aquí, Ava me llamó para que le ayudase con el divorcio, este despacho es de un contacto mío—

—Esto va a ser muy divertido— Digo irónicamente.

Los cuatro nos sentamos en la mesa del despacho y me fijo en como Ava y Ryan no apartan la mirada el uno del otro en ningún momento.

—Bien, señorita Browning, si le parece bien vamos a repasar el acuerdo de divorcio que me mandó hace unos días— Dice Beck.

—Sí— Digo nerviosa.

Cuando termino de leerlo hablan entre ellos y me miran.

—Mi cliente solicita la mitad de la empresa del Señor Fiennes—

—¿La señora Fiennes tiene alguna razón para querer la empresa aparte de perjudicar a mi cliente?— Digo colocándome las gafas. —Por lo que a mi me consta, usted no se dedica a los negocios—

—No te dirijas a mi—Dice Ava señalándome de forma agresiva.

—Está bien— Digo serena.

Voy a demostrarle que por mucho tiempo que haya pasado y mucho dinero que tenga ahora siempre va a ser la misma barriobajera del Bronx.

—Si su cliente está dispuesta a llegar a un acuerdo podemos ofrecerle la custodia compartida y una pensión alimenticia de dos mil quinientos dólares al mes— Digo apuntándolo en mi agenda para añadirlo más tarde al acuerdo de divorcio.

—Y una mierda— Dice Ava.

—Por favor, señorita, no pierda las formas— Digo ordenando mis papeles.

—Mi cliente solicita la custodia completa de su hija— Dice Beck.

—¿Cómo?— Dice Ryan mirando a Ava.

—Anna se va a quedar conmigo— Dice Ava levantándose.

Beck y yo nos miramos sin saber que hacer ante la situación.

—Tengo derecho a verla también, soy su padre— Dice Ryan levantándose también.

—Te pasas todo el día trabajando y no la haces caso, si tuvieses sentido común me la dejarías a mi—

—Si tú tuvieses sentido común aceptarías el trato y no lo harías todo tan difícil, ¿no estás pensando en que ella va a sufrir con todo esto?—

—Vale, vamos a tomarnos un descanso para que se enfríe un poco el ambiente— Digo levantándome.

—Estoy de acuerdo— Dice Beck.

Ryan y yo salimos del despacho y le miro preocupada.

—¿Estás bien?—

—Me quiere quitar a mi hija— Dice con la respiración acelerada.

—No lo hará, no lo voy a permitir— Pongo una mano en su hombro y Ryan observa es gesto detenidamente.

—Creía que con la custodia compartida sería suficiente— Digo quitando la mano de su hombro.

—Para ella nada es suficiente, guárdate eso—

—¿Qué quieres decir?—

—No va a aceptar un acuerdo amistoso, solo quiere alejarme de lo que más quiero—

Eleven (Serendipia III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora