v e i n t i s i e t e

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—Gracias por estar aquí—

—¿Dónde iba a estar?, soy tu abogada— Digo mirando mis notas en mi móvil.

—Sé que sigues triste por lo de Grace, si no hubieses venido lo entendería—

—No te puedo fallar— Le dedico una breve mirada y vuelvo a mirar de nuevo mis notas.

Entramos en el juzgado y el juez nos dedica una mirada seria.

Al otro lado ya se encuentran Beck y Ava, que ni siquiera se dignan a mirarnos, solo hablan entre ellos en voz baja.

Veo a un hombre negro, alto y musculoso, sentado en las sillas del juzgado y frunzo el ceño.

¿Será ese tal Dave?

—¿Que coño hace él aquí?— Dice Ryan mirándole con el ceño fruncido

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—¿Que coño hace él aquí?— Dice Ryan mirándole con el ceño fruncido.

—Mantén las formas, por favor— Digo agarrándole la mano.

—Lo intentaré— Aprieta mi mano con fuerza haciendo que haga una mueca.

—Lo siento— Me mira preocupado.

—No me has hecho daño—

Besa mi mano haciendo que el juez nos mire con desaprobación.

—¿Estás loco?—

—Lo siento—

—Te he dicho que no me has hecho daño—

—Lo siento— Repite nervioso.

El juez da un golpe con el martillo y todos los presentes nos ponemos de pie.

—Muy bien, el juzgado de California ha decidido que las todas propiedades pertenecientes a Ava y Ryan Fiennes Tiffin pasen a ser propiedad exclusivamente del señor Fiennes Tiffin—

Ryan y yo nos abrazamos aliviados. —Salvo la vivienda de Santa Mónica que sigue siendo de la señorita Fiennes Tiffin—

—Sigo...— Dice mirando sus papeles.

—En cuanto a la custodia de Anabella Fiennes Tiffin McKay— Hace otra pausa que se me hace eterna.—Será entregada en su totalidad al Señor Fiennes Tiffin—

—Ryan— Le abrazo nerviosa. —No me lo puedo creer, pensaba que sería imposible—

—Para ti nada lo es— Dice estrechándome entre sus brazos.

—Pero— Dice el juez mirando a Ava que está llorando desconsoladamente. —Usted tendrá derecho a estar con Anna fines de semana alternos y puede volver a reclamar la custodia cuando estabilice su estado laboral—

Ava asiente y se limpia las lágrimas.

—Muy bien, se levanta la sesión—

Miro a Ava mientras es consolada por Beck y algo dentro de mi se rompe, he de reconocer que no ha sido un juicio para nada justo.

Eleven (Serendipia III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora