d i e c i s i e t e

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—¿Estabas con Arthur en el Starbucks?—

—Sí, nos encontramos casualmente—Digo dándole forma a mi castillo de arena.

—¿Y de qué hablasteis?—

—Me ha preguntado que si hemos vuelto—

—¿Le has dicho que no?— Dice pasando la mirada de mis manos a mis ojos.

—Sí, algo así—

Ryan me mira decepcionado pero no enfadado, eso me duele un poco.

—¿Estás bien?—

—Si te soy sincero, me siento algo frustrado— Dice completamente sereno.

No reconozco a este Ryan, nunca me ha dicho las cosas con esa tranquilidad y menos cuando implica a otro chico.

—¿No hay nada que pueda hacer para que derribes esa muralla que hay entre nosotros?—

—Terminar de divorciarte— Y no haber tenido hijos, quiero añadir, pero ya es un poco tarde para eso.

—Sabes que yo no controlo eso—

—Lo sé pero... me asusta un poco el hecho de que tú ya hayas formado tu vida con otra persona—

—Debo confesarte que después de estar todo este tiempo evitando las noticias sobre ti, me puse a investigar y vi vuestra boda y las fotos de Ava embarazada y todas las casas que os habéis comprado juntos y... —Suspiro pesadamente. —Me ha impactado mucho verte así, era era mi vida, esa tendría que haber sido yo—

—Todavía puedes serlo—

—Ryan, veo como la gente se divorcia casi todos los días, sé que después del primero vas a perder la fe en el matrimonio—

—Eso no pasará, contigo será todo diferente—

—¿Y que me diferencia de ella?, solo se me ocurren cosas malas—

—Lo que te diferencia de ella es que mi corazón te pertenece a ti—

—Ryan por favor— Digo negando con la cabeza.

—Lo digo en serio, lo sé desde la primera vez que te vi, nadie había conseguido cambiar mi perspectiva sobre el mundo de esa manera— Dice poniendo sus manos sobre las mías. —Cada vez que te miro es como si te viese por primera vez de nuevo— Dice tomando mi mentón con delicadeza.

—Yo... prefiero que no hablemos de nosotros hasta que termine todo esto, solo vamos a dejar que pase— Digo levantándome.

Camino hacia la orilla y dejo que el agua del mar me moje los pies descalzos.

Me despojo de mis prendas quedando solo en ropa interior.

Noto una presencia a mi lado y sonrío al ver a Ryan en ropa interior. Me alborota tanto las hormonas que me siento como si tuviese diecisiete años de nuevo.

Ambos nos adentramos en el agua y cuando estamos en una zona algo profunda me agarro a él.

—Oye, sabes nadar perfectamente— Dice mirándome con diversión.

—Es una excusa para pegarme a ti— Digo riéndome.

—No necesitas excusas— Dice agarrándome los muslos para que no me caiga.

Miro a sus labios y no puedo resistirme a darle un beso muy corto.

Mi corazón golpea mi pecho con fuerza al sentir el cosquilleo de mis labios tras haber tocado los suyos.

—Ni se te ocurra parar ahora— Dice sonriéndome.

Le beso con ternura y él me responde de la misma manera.

Eleven (Serendipia III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora