Del Odio al Amor -Dekukatsu-Omegaverse-

Capítulo 18 - Reencuentro

Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeenvenidos mis queridísimos amigos fujoshis, fudanshis, gente que le gusta el furro y el shota.

Enjoy.

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—¡Mitsuki! ¡Vamos cariño, sal ya! ¡No tenemos tiempo! —suspiré. —Maldita sea.

Era temprano en la mañana y ya me encontraba peleando con mi hija. Como era posible que una niña de 3 años pueda esconderse tan bien... Nuestra casa no es tan grande, pero es lo suficiente espaciosa solamente para nosotros dos.

—¡Mitsuki! ¡Se hace tarde, necesito dejarte en la guardería! —froté mi sien.

Me encontraba en el piso de arriba de la casa buscándola, pero no estaba allí entonces bajé al primer piso.

De repente escucho un ruido proveniente del jardín. Abrí la puerta del ventanal de cristal y salí al jardín.

—¡Gene! —grité.

De una casa para perros salió Gene, un perro doberman que adopté poco después de que Mitsuki cumpliera un año.

—Gene ¿En dónde está Mitsuki? —el perro bajó las orejas. Suspiré y me acerqué a la casa del perro.

Gene se puso frente a la entrada de su casa intentando impedirme que viera dentro de ella.

—Gene, quítate, ahora mismo no tengo tiempo. —a pesar de la orden el perro seguía en el mismo lugar, firme sin intención alguna de dejarme ver dentro. —Gene... Quítate, si no te quitas esta noche no habrá pollo para cenar. —sentencié y el perro acató la orden. —Muchas gracias.

Me hinqué y me asomé dentro de la casa del perro, suspiré profundo.

—Mitsuki, sal de ahí ahora.

Mitsuki de mala gana acató la orden y salió de la casa de Gene.

—¿Por qué haces esto? Dios... Ahora tengo que bañarte de nuevo ¿Cómo diablos te ensuciaste de tierra de esa manera? —solo me miraba con un puchero en el rostro. —Ven aquí.

Alcé a Mitsuki en brazos y nos metimos a la casa. Me dirigí al baño y llené la bañera con agua tibia, tomé mi celular y marqué a la agencia para avisar que llegaría tarde.

Después de haber bañado a Mitsuki de nuevo la arreglé y la mantuve conmigo en todo momento.

Salimos de casa, era su primer día en la guardería y llegaríamos tarde por un berrinche suyo. Suspiré, la subí al carro y la coloqué en su sillita fijándome de que estuviera bien asegurada. Después de haber manejado durante un rato, llegamos a la guardería; estacioné el coche y bajé a Mitsuki y su maleta en la cual tenía lo necesario para ella. La tomé en brazos y me dirigí rápidamente a la entrada de la guardería en dónde había una maestra esperando y recibiendo a los últimos niños.

Me acerqué a ella.

—Oh, ¿Señor Katsuki Bakugo? —habló la maestra.

—Sí, lamento mucho la demora, pero tuve ciertos problemas con mi hija. —dije bajando a Mitsuki.

—Oh no se preocupe. —sonrió. —Los niños suelen ser así durante su primer día en el que asisten a la guardería.

—De verdad lamento mucho llegar tarde. —me incliné para acomodar la ropa de Mitsuki.

—En serio, no se preocupe señor Bakugo. Seguramente ahora mismo está apurado, así que no se preocupe, puede irse tranquilo, su pequeña estará segura aquí en la guardería.