Del Odio al Amor -Dekukatsu-Omegaverse-

Capítulo 5 - Que demonios he hecho...

Bieeeeeeeeeeeeeeeenvenidos mis queridisimos amigos fujoshis, fudanshis, gente que le gusta el furro y el shota xd

He aquí el capítulo 5 editado jajs

Enjoy!

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Izuku retiró sus dedos del interior del Omega mientras que esté soltó un pequeño gemido ante el acto de el pecoso.

Era inevitable no sentirse excitado al ver a Kacchan de esa manera y en esa posición tan erótica que le invitaba a hacer lo que quisiera con el.

Tomó al Omega por la cadera y lo acercó a su miembro, frotando la entrada de el omega con la cabeza de su pene.

Katsuki, comenzó a jadear y a soltar leves gemidos e involuntariamente comenzó a mover su cadera, frotándose contra el alpha de una manera que les provocaba placer a ambos.

Izuku estaba en su limite.

Con brusquedad acomodó su miembro en la entrada de el omega y lo penetró.

Entró demasiado rápido, dado que la lubricación del omega había sido bastante buena, había sido bastante facil ponerla dentro.

Izuku primero comenzó a embestir de manera lenta a Katsuki, sintiendo el interior de este, se sentía fantástico.

La sensación que Katsuki le brindaba era única, el placer que estaba sintiendo era extraño pero le gustaba; le gustaba la sensación de su pene siendo apretado por Kacchan, el como se contraía un poco más fuerte a cada embestida que le daba.

Quería más, mucho más.

El ritmo de las embestidas aumentó.

Katsuki se aferraba a las sabanas, el olacer que sentía era extraordinario.

Sentía su cuerpo arder; creía que en algún momento se derretiría.

Era una sensación asombrosa, era como si tocara el cielo con cada embestida que el pecoso le daba.

Izuku se acercó al rostro de Katsuki; le excitaba bastante los gestos que hacía el rubio, el como se aferraba a las sabanas por el placer.

Katsuki no lo miraba y de cierta manera eso molestaba al pecoso.

Quería que Katsuki le diera toda su atención.

Sentía todo eso como un sueño y tal vez lo era, tal vez al día siguiente despertaría y todo lo sucedido se quedaría en aquel glorioso sueño.

Y si era un sueño, esperaba no despertar jamás.

Con una de sus manos tomó el rostro de Katsuki e hizo que lo mirara.

Sus ojos llorosos de placer, su respiración agitada, sus labios rosados entreabiertos y su mirada penetrante.

Vaya imágen más erótica.

Besó al rubio  y éste le correspondió, se aferró a la espalda del pecoso, enterrando sus uñas en esta por el placer que sentía por las estocadas.