EPILOGO PARTE I

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CONFESIONES

— Buenas noches señorita Gordon —

—(Barbara) Muchas gracias… linda noche—  El joven portero de tez morena y cabello oscuro le abrió las puertas a la chica pelirroja vestida con tenis deportivos, jeans y una sudadera morada. Entró a aquel complejo de departamentos en el centro de Gotham, Barbara se dirigió hacía el elevador ya que estaba exhausta y sus piernas no podrían subir las escaleras hasta su departamento, —(Barbara) Pero querías tener una buena vista de la ciudad—, El elevador empezó a subir varios pisos, mientras esperaba llegar a su destino, Barbara trato llamar Barry quien no se encontraba en la ciudad al tener que atender unos asuntos en Central City pero su llamada nunca fue respondida, intentó de nuevo varias veces obteniendo el mismo resultado, así que decidió dejarle un mensaje de voz para que lo escuchara después —(Barbara) Hola Barry, por lo visto estas ocupado… bueno, solo quería saber como estas, yo estoy exhausta pero bien… te extraño—

El elevador por fin se detuvo en uno de los pisos más altos del edificio, Barbara caminó rápidamente hacia su departamento teniendo el único pensamiento de poder descansar después de un día tan largo, al momento de entrar a aquel departamento pareciera que había sido saqueado por el desastre pero solamente era resultado del poco tiempo libre que tenía la chica. Camino hacia el sillón de la sala que tenía regados unos cuantos papeles que Barbara tiró al suelo para poder recordarse en el, se sacó sus tenis y dio un gran suspiró, por fin podía descansar, al lado del sillón se encontraba una pequeña mesa con una lámpara y un recuadro en ella, la chica tomó la fotografía y la miró con gran alegría, era una fotografía que tomó el primer día en que se mudaron a aquel departamento, Barry la abraza fuertemente mientras ella lo observaba con una gran sonrisa con el centro de Gotham de fondo , las cosas marchaban bien para ambos.

AÑOS ATRÁS…

Ya han pasado casi dos meses desde el regresó de Batgirl, las cosas habían estado un tanto calmadas desde entonces, considerando los estándares de paz de la ciudad con más méroes y vigilantes, Babs corría rápidamente por las calles, mucho más hábilmente y más rápido que antes — (Babs) Una de la tarde, cool, llegué a tiempo… espero que le guste él regalo— entró a Dulce Justicia con una bolsa de color rojo que impedía ver lo que llevaba dentro, el lugar estaba tranquilo, solo había unos cuantos clientes que disfrutaban de un pequeño descanso, la chica se dirigió a la barra principal donde se encontraba Barry limpiando.

—(Babs) ¡Barry!...— La pelirroja se sentó en uno de los bancos dejando la bolsa en el suelo con el fin de que el chico no la viera, en una fracción de segundos frente a ella apareció un helado de chocolate — (Barry) tú favorito, la casa invita… Bueno no, realmente saldrá de mi sueldo… pero no importa— Babs se sonrojo con ese detalle, y empezó a comerlo con mucho gusto,— (Babs) Está delicioso...después te pago—.

—(Barry) No es necesario, yo te lo estoy invitando, ¿Por cierto? ¿A qué se debe el honor de tu visita?, pensé que pasarías este día con tu padre… ¿Ya no está enojado por lo de su auto?... casi me mata—. La chica soltó una pequeña risa recordando aquel día, si no fuera por ella tal vez no estaría hablando con Barry ahora, — (Babs) Te perdonará… algún día—.

—(Barry) a—.

—(Babs) Pero no estoy aquí por eso… te traje un regalo, cuánto falta para tu descanso, para que vayamos a la guarida—.

—(Barry) de hecho hoy salgo temprano… en una media hora—

—(Babs) Bueno… seguiré comiendo— el cgico se quedó mirando con una sonrisa por unos segundos cómo Babs comía aquel postre, acto del que ella se dio cuenta, algo que la sonrojo y la hacía sonreír inconscientemente. Después de unos cuantos minutos, la pelirroja se encontraba revisando su teléfono cuando sin previo aviso fue tomada de uno de sus hombros de forma gentil, echó una mirada hacia atrás para ver a Barry con una sonrisa y listo para salir —(Barry) Bueno… ya estoy listo.—

UNA LUZ COLOR MORADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora