Epílogo

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Ryalville, anochecer

Actualidad

Rachel Stone

Dylan tiene sus métodos para resolver problemas, y yo tengo los míos. Acabemos con esto de una maldita vez, visitemos a Carly.

No encontraba ni un solo argumento válido para contradecir lo que Luke afirmaba, pues definitivamente tenía razón; Dylan y él piensa de una manera muy distinta, Luke es impulsivo y no puede controlar su agresividad, simplemente actúa por puro instinto sin reflexionar por un segundo en las consecuencias de sus acciones, mientras que Dylan era todo lo contrario; y prueba de ello es que planteó una solución mucho más racional que el confrontar a la persona mentalmente inestable que posee toda clase de evidencias para jodernos la vida si se lo propone, tal como lo viene haciendo.

Y es que, no tenemos idea de cómo reaccionará Carly, me cuesta pensar que es ella quien se esconde tras el anónimo de Pandora, pese a no mantener una comunicación fluida con ella después de la secundaria, siempre la consideré una excelente amiga, es duro darse cuenta de que todo este tiempo el enemigo estaba tan cerca.

¿Por qué lo hiciste, Carly? ¿Tu enamoramiento hacia Luke se salió de control y te hizo perder la razón?

-Vamos Ray Ray, no tenemos toda la maldita noche – intentó apresurarme Luke – enfrentemos a esa desquiciada de una vez por todas y recuperemos nuestras vidas antes de que termine de arruinarlas por completo.

-Tengo un mal presentimiento, Luke, no creo que sea una buena idea – y no mentía, mi corazón amenazaba con reventar de mi pecho y terminar con mi existencia.

-No pongas tontas excusas Ray, Carly es una gran cobarde, cuando la enfrentemos seguramente todo volverá a la normalidad, con la excepción de que Dylan nos ayudará para encerrarla tras las rejas – aseguró con una envidiable seguridad en sus palabras, como si verdaderamente confiara en que todo saldría bien.

-¿Qué pasará cuando debamos declarar sobre Paul Robbson o Matt? ¿Te has puesto a pensar en eso?

-Lo resolveremos luego, lo importante ahora es ir por esa loca – insistió Luke perdiendo la paciencia – confía en mi Ray, sé que quizá pido mucho, pero créeme cuando te digo que jamás te expondría a una situación que podría perjudicarte.

Existían más de un millón de razones que indicaban que era la peor idea del mundo, las circunstancias eran tan inciertas que era imposible determinar un patrón que permitiera darme una pista del final de la noche, sin embargo, había algo en sus ojos que me hacían creer en él. Y probablemente sea mi peor defecto, pues pase el tiempo que pase, siempre caeré por Luke Hamilton.

Así todo esté en nuestra contra, ciegamente lo seguiría, y me odio por ello, es algo que no puedo controlar, ni siquiera ahora que soy una adulta.

Cierro mis ojos para evitar apreciar su estúpida sonrisa arrogante, aquella que hace cuando se sale con la suya. Y es que la desventaja de conocer tan bien a una persona es que, si te lo propones y usas bien tus cartas, puedes lograr que haga todo lo que quieras, tal como Luke. Si dejara de poner a todos en primer lugar antes que, a mí misma, tal vez yo podría hacerlo también.

Carly Young vive en una de las casas más grandes, quizá la segunda más grande, después de la casa Hamilton, su padre era un hombre con mucho dinero, pero que desafortunadamente, murió cuando Carly era apenas una niña. Transcurrieron algunos años hasta que su madre decidió rehacer su vida junto a otro hombre, Ryalville es una ciudad pequeña en la que todos los secretos salen a la luz, y Carly era una chica muy habladora que no podía retener ningún tipo de información sin contarle siquiera a una persona, no obstante, eran muy pocas las veces en las que se le oía hablar sobre su nuevo padrastro. Era todo un misterio. El cual, nunca tuvimos el interés necesario para preguntar.

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