Rhode Island, atardecer
2017
Rachel Stone
Nunca pensé que la vida podría ser tan buena, y menos para una chica de veinte años. "Los secretos de la laguna azul" fue un éxito en las ventas, jamás por mi mente se cruzó la idea de que aquel libro que me tomó tantos meses escribir fuera leído por miles, ¿qué digo miles? Millones de personas, tuvo incluso un gran impacto en la prensa local. La universidad había decidido brindarme su apoyo en todo momento, firmando un contrato fabuloso conmigo, algunas cláusulas no me terminaban de convencer, pero podía vivir con ello.
Salí del salón de belleza menos contenta de lo que esperaba, comprendía el gran fenómeno en el que se estaba convirtiendo el libro, pero no entendía la razón por la que debía cambiar tanto mi imagen. Las chicas podrían identificarse más con la verdadera Rachel, que con la versión de señorita perfección que deseaban darme. Pero era bueno para las ventas y contratos, se estaba conversando con plataformas de streaming acerca de la posibilidad de hacer una serie o película. Alucinante.
Era la vida que tantos años soñé, viviendo en grande, trabajando en aquello que tanto amo hacer, estar rodeada de personas que valoran mi talento. Sin embargo, una parte de mí no podía evitar pensar en él. Solía creer que era producto del libro, cada entrevista, cada comentario sobre los ojos azules me transportaba en el tiempo de vuelta a Ryalville.
Y es que el trabajo de mi vida fue inspirado por la persona incorrecta.
No solo eso, sino que tuvo la reacción contraria a la que esperaba.
Hola Rachel, soy Luke, sé que dijiste que no querías volver a verme en tu vida, pero he notado la gran visibilidad que está adquiriendo el libro que escribiste, y creí que era necesario hablar contigo al respecto. Es la última vez que utilizas mi imagen para ganar dinero mintiendo o creando fantasías para que pubertas sin novio se martuben. Agradece que no te demandaré, ganas no me faltan, sin embargo, me da asco la idea de estar relacionado a la porquería que has escrito. Créeme que nunca lo leeré. Me cago en tu literatura barata.
Sí, ese fue el gran mensaje de voz que me dejó Romeo, demostrando una vez más que es un gran idiota, ni siquiera entendió el significado de todo, mucho menos se tomará el tiempo de leer el libro. Al menos mi esfuerzo dio frutos, y mi carrera como escritora estaba en ascenso, algunos empezaban a llamarme "la nueva promesa de la literatura juvenil". Un gran honor.
En realidad, no tenía nada de lo que podría quejarme, estaba alcanzando todo lo que alguna vez me tracé conseguir. Salí de Ryalville, conseguí una vacante dentro del programa de Escritura Creativa de la Universidad de Brown, mi libro era un éxito, y no sólo en mi vida profesional todo iba bien, pues, finalmente, parecía que había encontrado a un chico maravilloso, que no dudaba en apoyarme en todo, celebraba cada logro mío como si fuera suyo, siempre dispuesto a ayudarme. Dylan Reed era simplemente increíble.
Mamá solía decirme de niña que, Dios, el destino, la vida, el karma, como desees llamarlo, actúa de maneras misteriosas, pero siempre busca darnos una lección de vida. Te da lo que pides en el momento que lo necesitas, si es que aquel deseo es para tu bien. Y todo, absolutamente todo, tiene un significado.
Ella siempre me criticó por ser ambiciosa, decía que soñaba muy alto, y que eso me hacía olvidar lo más importante en la vida: mis ansias por irme de casa me harían extrañar mi familia, y no lograría ser completamente feliz.
Recuerdo reír ante sus palabras, llamarla exagerada, y dejarlo pasar.
Aprendí que, cuando sueñas muy alto hay un punto en el que te pierdes, dejándote seducir por todo lo nuevo que vives, y, en ese momento, sucede algo que yo llamo "golpe de realidad", un acontecimiento abrupto que te acojona. y te recuerda en tiempo récord quién eres.
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Secrets Around Us
Fiksi RemajaRachel y Luke son ex novios que juraron nunca más volverse a ver en la vida, hasta que un mensaje anónimo que amenaza con revelar sus más íntimos secretos los obliga a juntarse en un reencuentro de secundaria. Se amaron y ahora se odian, dicen que n...