CAPITULO 30

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Niebieski estaba inmerso en una densa niebla, no podía ver nada, aunque quisiera. Varios disparos fueron dirigidos a él desde las sombras, pero nunca llegaron.

Con Silent tile en mano, abrió fuego y la onda expansiva dispersaba parte de la niebla, pero rápidamente esta volvía a estar en su lugar. Uno a uno sus atacantes iban disminuyendo, aunque no los veía, podía sentirlos; sus miradas de odio, dolor y amargura llegaban a su alma.

De un momento a otro todo se calmó, todo se impregno de una silenciosa y extraña calma. Trato de avanzar, pero no pudo, sus pies estaban atascados en algo. Miro los alrededores y la niebla se fue desvaneciendo, mostrando con claridad el lugar en el que se encontraba.

Todo era plano, no había nada a la vista. El cielo estaba oscuro y sin estrellas, no montañas, ni arboles; nada.

Excepto por algo.

Cuerpos, muchos cuerpos estaban esparcidos por doquier. La descomposición y pudrición de los cadáveres se hacía presente; una escena como esta tenía el poder de revolverle el estómago de cualquier persona.

Niebieski, el mercenario, que hacía trabajos de todo tipo; no podía imaginarse la masacre que estaba frente a sus ojos. Intento dar un paso, pero estaba restringido por algo, la extraña superficie parecía alquitrán, negro y espeso que se pegaba en todo. Vio su reflejo en este.

Poco a poco se fue hundiendo, forcejeo con todas sus fuerzas, intentaba escapar, pero nada servía. Manos. Manos cubiertas de alquitrán empezaban a sujetarlo por las piernas. Lo querían llevar al fondo.

Lo tomaron por los brazos, lo jalaban con fuerza. Intentaba zafarse, pero o importara lo que él hiciera, la fuerza que usaba para salir, nada servía. Aquel liquido negro lo estaba tragando, comiendo vivo.

Finalmente fue cubierto por completo, sintió como se ahogaba, como el líquido entraba por la boca y nariz. La desesperación inundo todo su ser. Todo se volvía oscuro y su mente se alejaba, su conciencia se desvaneció.

*

Abrió los ojos con fuerza. Estaba sudando frio, con la piel de gallina. Su ritmo cardíaco estaba realmente acelerado y su respiración pesada.

Todo había sido un sueño, un mal sueño. Aun recordaba la sensación inquietante y desagradable de ahogarse en aquel lugar.

—Cuando me dejaras ir —puso su mano en la cara.

Hacía tiempo que no tenía pesadilla. Esta en particular lo había atormentado múltiples veces en el pasado, recordándole todo lo malo que había hecho. A todos los que le había arrebatado la vida.

Alzo lentamente sus manos, estas le temblaban.

—Contrólate Nie, mantén la calma...

Escucho pasos del otro lado de la puerta, y sin titubear o molestarse en llamar, alguien la abrió y entro; y se llevó la sorpresa.

—Oh, creí que seguías dormido —dijo Amatista, apenada.

—¿Qué sucede? —pregunto Niebieski sin rechistar— ¿Por qué sigues despierta a estas horas? —La mirada de él se fijó en lo que ella llevaba en sus manos— ¿Esa es mi sudadera?

Amatista, muy apenada, afirmo con un leve asentimiento de cabeza. Todo estaba a oscuras. Ella se acercó a él y coloco la sudadera remendada en su cama, y usando sus dotes de Faunus pudo ver al joven frente a ella.

—¿Qué tienes, te tientes mal? —pregunto la mujer con un grado de temor en su voz.

Ella pudo presentir que Niebieski la estaba pasando mal, algo lo atormentaba.

DE MERCENARIO A CAZADOR - RWBY: Volumen 01 y 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora