CAPÍTULO 11.

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Inmediatamente y sin pensarlo dos veces, Niebieski se abalanza contra Ruby antes de que esta reaccionara y con su fuerza la somete y lleva dentro, cerrando la puerta en el proceso.

—Suéltame —intenta gritar desesperadamente Ruby—, ¿Qué vas a hacerme? —llora.

Niebieski le tapa la boca con sus manos para que ella no gritara, y con sus piernas la sujeta para que no pataleteara. Ruby, con sus brazos libres, trata de darle golpes en el abdomen, pero no resulta, ya que su agresor, su "amigo", llevaba puesto un chaleco que lo protegía.

—Deja de tratar de golpearme —regaño Niebieski, con clara molestia en su voz—. Será peor si te resistes. —advirtió. 

Ruby lloro internamente.

Con dificultad, el joven y experto mercenario se arrastró, de espaldas, por su habitación hasta llegar a una mesita en la que tenia una cinta. La tomo, y le tapo la boca a Ruby. Luego, le ato las manos y los pies, con delicadeza, para no hacerle más daño.

Ruby, en estos momentos, se encontraba tirada en el suelo... Sus ojos, inocentes, mostraban preocupación. Las lagrimas brotaban, y una sensación de culpa inundo a Niebieski.

Ella lo debía de estar odiando.

—Discúlpame, lo siento... pequeña. —lo dijo con un tono de amargura.

Él vio sus ojos, sabiendo en lo que pensaba.

—No quiero que me guardes resentimientos. Esto lo hago porque no quiero morir... —se rio de su ironía—, tengo muchos a quien proteger. A quienes quiero ver otra vez. ¡Maldición! ¡¿Por qué estoy haciendo esto?! —golpeo el borde de la cama. Estaba furioso consigo mismo.

Respiro hondo y calmadamente, para tranquilizarse. Pensó detenidamente en nuevas probabilidades y trazo un plan.

Tomo a Ruby en sus brazos, ella se mantuvo alerta ante cualquier movimiento inesperado y siempre alerta, buscando cualquier momento para huir. Pero el problema era, ¿Cómo lo iba a hacer?

Niebieski la llevo al armario y la bajo allí.

—Tranquila, no te hare daño —explico, viéndola a los ojos—. Solo espero que te des cuenta de verdadero mundo cruel y despiadado que te rodea, no todo es color de roja, Ruby —dejo de hablar.

Lentamente, Niebieski, quito su máscara para verla clara y detalladamente. Ruby pudo ver aquellos ojos. Ojos de sufrimiento, duda y arrepentimiento; pero que se mantenían firmes a un objetivo claro.

El se arrodillo ante ella, y con su mano en el mentón, añadió:

—Gracias por nombrarme tu "amigo" —reflexiono—. Espero que te conviertas en una gran cazadora... Bueno, mi estadía aquí termino, lo disfrute como no te lo puedes imaginar. Ustedes me agradan —se levanta de un salto y concluye—: Adiós, espero nunca encontrarnos...

Cierra la puerta del armario, dejando a Ruby dentro, atada y sin ninguna escapatoria. Vuelve a colocase la máscara, enciende un comunicador en su oído y habla:

—Aquí Fantasma. Estoy preparado, tengan todo listo para la huida..., cambio y fuera. —corta la transmisión para no dejar rastro alguno.

sale de su habitación, inspeccionando el área para comprobar que no había ningún individuo a estas horas de la noche. Luego activa su semblanza (invisibilidad), y se dirige a su destino dentro de la academia.

Momentos después de su partida ...

Yang, que había estado esperando el regreso de su hermana. Al notar que ella demoraba mucho en la habitación de Niebieski, un chico, se llena de malos pensamientos y, para comprobar el estado de Ruby, decide salir y ver su situación.

Esta descalza y en pijamas, lo único que tenia que hacer era espiar, nada más. De hecho, ¡cualquiera se preocuparía de su hermanita! ¿no es así?

Así que, cuidadosamente, se acerca a la puerta y coloca su oreja allí. Atenta ante cualquier anormalidad de lo que estuvieran haciendo esos dos dentro. Sus mejillas estaban ruborizadas, imaginándose todo tipo de escenarios en su turbia mente.

Algo llamo toda su atención. Podía escuchar, un poco bajo, a alguien llorando..., con incesantes golpes en una superficie dura, como la madera. Ante esto, Yang, se imagino lo peor y con furia toma la perilla de la puerta.

—¡¿Qué le estas haciendo a mi hermana?! —rompe la puerta de un golpe en estado de frenesís. Su cabello se prendió en llamas, sus ojos se tornaron rojos. Estaba realmente enojada.

Pero, al entrar, no ve a nadie dentro. Todo estaba organizado, como si alguien nunca hubiera vivido allí.

El sonido de golpes se intensifico, esto provenía del armario. Cosa que ella fue a abrirlo sin rechistar. Se llevo una gran sorpresa... La encontró allí, atada de pies y manos, con la boca encintada. Encontró a su hermana Ruby, indefensa.

Ella rápidamente le quita las ataduras. Se alegro de haber llegado a tiempo. Si encontraba al responsable, lo iba a moler a golpes.

—¡¿Quién es el desgraciado que te hizo esto?! —le pregunto a Ruby, estaba histérica.

—Niebieski... —susurro. 

DE MERCENARIO A CAZADOR - RWBY: Volumen 01 y 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora