EPILOGO.

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Fogata en la playa.

Al final del día, todos los chicos estaban recostados en la arena, mirando las estrellas alrededor de una fogata. A lo que Yang aprovecha el omento oportuno y se acerca a cierto chico, (se sienta al lado de Niebieski), y le pregunta:

—¿Qué haces?

Él, sin voltear a verla, dice:

—Estoy buscando una estrella fugaz —y añade—. Sabes, para encontrar una estrella fugaz, solo mira un punto que te atraiga y la encontraras.

Yang miró a Niebieski, y ve como su cabello recogido ondeaba al son del viento. Su vista se pierde en la sonrisa de aquel chico, que por alguna razón empezaba a sentir cosas por él. Fue una sensación indescriptible, incluso deseó que Niebieski se fijara en ella... tan solo por un instante.

—¡No, tonta, necesitas mirar al cielo! —dice Niebieski mientras señala el cielo con sus dedos.

—¡Si, cierto! —a Yang se le escapa una risa nerviosa—. ¡El cielo... lo había olvidado!

Trata de ocultar su vergüenza al cubrirse con las manos.

—¿Te pasa algo? —le pregunta Niebieski.

«¡Que estúpido eres! ¡¿Por qué no te das de cuenta?!», piensa Yang, dudando entre partirle los dientes o ahogarlo en la tierra. Al cabo de un rato se calma y piensa en positivo: «Ok, Yang, no te des por vencida. Es un imbécil, pero amas a este imbécil bueno para nada..., así que has otro intento».

Ella decide hacer uno de esos juegos de palabras que siempre le funcionan.

—Seguro que me vendrá bien una cita con un hombre —bosteza y estira sus brazos. Luego le sonríe.

—¡Estoy disponible! —se levanta Jaune y alza la mano.

Yang le lanza una mirada de mala muerte.

—O no... mejor no —Jaune se vuelve a sentar como perrito regañado.

Pero Niebieski solo sonríe en respuesta, fingiendo no haberle entendido.

Después de esos intentos de coqueteo de parte de Yang, Blake le susurra de manera alentadora a una frustrada dragona:

—Sigue intentándolo, eventualmente entenderá.

No obstante, ella se enfureció porque había gastado todo un día intentando coquetear con él, pero era un coqueteo horrible, así que ya estaba harta de hacerlo. Por lo que decide hacer algo que más tarde se arrepentiría de ello; si el no entendía a las buenas, tendría que hacerlo a las malas.

Esto era algo que no hacía por ello, si no por él. Si seguía así, el idiota de Niebieski se quedaría solo por el resto de su miserable vida. (Aquello fue la mentalidad de Yang por un momento.)

—¡Maldito, te matare! —lo agarra descuidadamente por el cuello y le entierra en la arena—¡Idiota! —le grita con rabia.

Lo que ocurría es que Yang tenía sujetado por la cabeza a Niebieski y lo intentaba ahogar en la tierra. Todo esto mientras el resto de las chicas intentaban liberar al pobre chico de las garras de Yang.

*

Al rato de haber pasado aquel incidente, y con Yang más calmada, Pyrrha, quien se había percatado de los sentimientos de Yang hacia Niebieski, intervino, diciendo:

—Oye, y por qué tú eres tan frio y sin sentimientos —le pregunta a Niebieski.

Pero recibió una respuesta que no esperaba.

DE MERCENARIO A CAZADOR - RWBY: Volumen 01 y 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora