DE MERCENARIO A CAZADOR - RWBY: Volumen 01 y 02

Capítulo 8 ▶ Pasos y tropiezos.

Era un sábado agradable, el día comenzaba tranquilo, y muchos alumnos estaban emocionados por el baile que sucedería mañana domingo por la noche. Todos, a excepción de Niebieski Lionel, quien estaba durmiendo plácidamente en su cama.

Él estaba agotado, ¿y quien no lo estaría? Había estado practicando baile en secreto con los chicos hasta tarde en la noche... E incluso, habían acordado reunirse hoy para salir a la ciudad.

Niebieski abrió los ojos, despertando de manera rápida al escuchar unos pequeños golpes desde su puerta. Alguien lo buscaba. El chico se levantó aun en su pijama, dejando solo ver unos shorts grises y una camiseta negra.

Abrió la puerta y vio a Jaune.

—¿Jaune? ¿Necesitas algo? —mencionó Niebieski algo somnoliento.

—¡Nie! —Jaune expresó, entrando apresuradamente a la habitación—. ¡Es una emergencia!

—¿Qué pasa?

Jaune miró a Niebieski a los ojos. El chico respiró hondo ante de decir:

—Las chicas.

—¿Chicas? —preguntó, luego suspiró, ya que se empezó a imaginar hacia donde iría eso.

—Nie, tú eres uno de mis mejores amigos. Te considero como un hermano mayor que nunca tuve.

—Suéltalo... Dilo ya —dijo Niebieski, bostezando.

—Entonces... —miró abajo, luchando por encontrar las palabras adecuadas para poder expresarse—. Quería tu consejo de cómo conseguir chicas.

Hubo un breve silencio.

—Amigo, no soy el indicado para ese tipo de cosas. ¿Por qué no le preguntas a Ren?

—No sé dónde está —respondió Jaune.

—Ah, buen punto —admitió—. Pero sigo sin saber cómo ayudarte.

Jaune suspiró y se sentó en la cama más cercana.

—Nie, los chicos sabemos que tú y Yang son algo —reveló Jaune—. Por eso vine, para que me dieras un consejo de como ligar con las chicas.

—Primero: Yang y yo no somos nada... creo —dijo, inseguro—. Y segundo: ¿quién es esa chica que te tiene loco? ¿Acaso es Pyrrha? —bromeó.

—¿Qué? No, no. Es Weiss —contestó rápidamente.

—Oh, ¿sabes que ella no quiere saber de ti? —preguntó Niabieski con una ceja levantaba.

Luego procedió a sentarse en el piso, ya se había cansado de estar de pie.

Jaune suspiró.

—Estoy completamente loco por ella. Mañana es el baile, y quiero invitarla, pero ella ni siquiera quiere darme una oportunidad. Ojalá me tomara en serio, ¿sabes? Desearía decirle como me siento sin arruinarlo todo.

—Jaune, ella es tierna por fuera y negra por dentro, tienes que dejarla.

—No, no, mira, tengo un plan —dijo el chico—. La aguanto así otros siete años, luego nos casamos, y cuando venga el primer bebé, cambiara y empezara a tratarme bien.