CAPÍTULO 10.

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—¡Hola Nie! ¿Dónde estabas? ¡Te perdiste de la diversión! —hablaba Ruby, entusiasmada— Yang y Nora se retaron en un juego de peleas.

—Si, que bueno... —respondió Niebieski, ignorando las palabras de Ruby—, estaré en mi habitación. No quiero que me molesten. —termino, caminando a su habitación.

—¿Qué le pasa? —pregunta Jaune, con sospechas.

—No lo sé. Esta así desde que acaba de llegar de Vale. —responde Ruby, preocupada.

Los dos ven como Niebieski, indiferente en estos momentos, se aleja de ellos, dándole la espalda.

—¡Oye! —grita Yang, abriendo la puerta de su habitación— ¿Jugamos? —propone con una picara sonrisa, mientras ve pasar a Niebieski, quien la ignora por completo.

—No seas así..., aguafiestas malhumorado. —replico Yang, cruzada de brazos.

Yang, al notar que hablaba sola, decide actuar y antes de que Niebieski, su vecino de habitación, decidiera entrar a su habitación..., lo toma por el hombro, deteniéndolo en seco. Niebieski tuvo que contenerse en atacar, hace un momento estaba tan concentrado que no había notado que le hablaban.

—¿Qué quieres? —pregunto, secamente.

—Pero chico, ¿Qué te pasa últimamente? ¿Acaso estas en tus días? —bromeo la chica explosiva.

Él se mantuvo en silencio, se safo de su agarre y entro a su habitación, tirándole la puerta en la cara a Yang.

Mientras tanto, Jaune y Ruby veían esto desde atrás, asombrados en gran manera por el actuar de su "amigo".

—Sera mejor no molestarlo. —aconsejo Jaune.

—Cuanto quería jugar contra él. —dijo con tristeza.

—De lo que se pierde ese inepto —decía Yang, apretando sus puños. Para luego calmarse y añadir—: Venga, entremos antes de que Nora se coma las palomitas. —forzó una sonrisa.

Mas tarde, esa noche ...

Ruby, que no había podido dormir, pensando en Niebieski. Sabia que él era un poco extraño, pero esta tarde se había comportado mas raro que lo habitual..., y sentía que él ocultaba algo. Pero no estaba segura. Le daba una extraña sensación.

Ella sabía que no conocía muy bien a Niebieski, ni siquiera sabía porque estaba atraída a él después de todo, ¿será porque a él le encantaban las armas como a ella? La cosa era que presentía que algo muy malo iba a pasar.

Ruby, cuidadosamente, se levanta de su cama para no despertar a sus compañeras de cuarto.

—¿Vas a verlo? —alguien susurra.

Ella se sobresalta, no esperaba que la descubrieran. Se da la vuelta y ve a su hermana mirándola a los ojos. No hallaba palabra que decir.

—No he podido quitarme una extraña sensación desde hace rato —explica Yang, en susurros—. Anda, no te detendré..., después de todo para eso estamos los amigos, para ayudarnos unos a otros. —dice, aguantando sus impulsos. Cierra sus ojos, y deja todo en manos de su querida hermana pequeña.

Ruby asiente en respuesta, y sale de su habitación. Da unos cuantos pasos en el pasillo y llega a la habitación de Niebieski, se posa en la puerta, dudosa en tocar.

Dentro de la habitación ...

Niesbieski acababa de preparar su equipo de combate. Tenia todo listo. Su arma la tenía a la mano; no se preocupaba por la munición, tenia de sobra. Había equipado su chaleco antibalas para estar precavido, no se sabia cuanto tiempo iba a aguantar su aura si se enfrentaba a un cazador profesional, por eso lo llevaba. Por último, pero no menos importante, se puso su casco con la máscara, para que no lo reconocieran.

Estaba completamente listo, en el bolsillo de su pantalón tenía el scroll con los planos e información necesaria para completar la misión.

—Sera una noche agitada. —hablo consigo mismo mientras agarraba su querido rifle de francotirador.

Se propuso a tomar la perilla de la puerta y abrirla, pero cuando esta estaba por abrirse, una aturdida, sorprendida y asustada Ruby cayo al suelo, dentro de la habitación.

«Oh, maldición, lo que faltaba», pensó el joven mercenario, para su consternación.

Ruby, al ver al misterioso hombre dentro de la habitación de Niesbieski, declaro:

—¿Quién eres? ¿Dónde está Niebieski, que hiciste con él?

Pero no vino respuesta. Observándolo detalladamente, se percató. El hombre que estaba frente a ella era ni mas ni menos que Niebieski... Lo delato casi todo: su ropa y sobre todo, sus armas. 

—¿Por qué vas vestido así? —pregunto, dudosa en la respuesta que le dieran— ¿Qué intentas hacer?

Lo habían descubierto, la misión fracasaría, tenia que hacer algo inmediatamente para no dejar cabos sueltos...

DE MERCENARIO A CAZADOR - RWBY: Volumen 01 y 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora