22.-Nunca te faltarán risas.

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Otra vez estábamos en la piscina, esta vez por el cumpleaños de mi hermano, tu mamá te había dicho que no podías venir, pero mis papas le aclararon que nosotros invitábamos a todo y cambió de parecer, sí, me di cuenta de lo que ocurrió, pero llegaste y no me dejaste pensar más en eso.

Mis papás hablaron contigo, mientras yo me escondía tras una tumbona poniéndome roja de la vergüenza, tú parecías tranquilo, pero vi los dedos de tus pies encogerse y tus manos apretarse, estabas nervioso, tanto como el día en el que les dijimos que éramos pareja, pero esta vez, tú te reías de mi reacción.


Te dijeron que te aceptarían siempre y cuando me hicieras feliz, que era lo único que te pedían y llámame idiota, pero cuando fuimos a comer hamburguesas al restaurante del lugar solo los dos y me detuviste, te colocaste frente a mí muy seguro y me dijiste: ―Yo quiero que tus papás siempre me acepten, por eso te prometo que siempre te voy a hacer feliz, conmigo nunca te van a faltar risas.

Quería comerte a besos, ahogarme en azúcar hasta tener diabetes, no pude evitarlo, tu sonrisa fue tan linda, tus ojos tan sinceros que casi morí cuando te oí decir aquello.



Debí suponer que una promesa a esa edad... significaba lo mismo que un saludo a un desconocido en la calle, nada.

Las palabras que nunca leíste.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora