28.-La segunda opción.

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Hoy estaba vagueando en redes, entre frases tristes, motivadoras y deprimentes lo entendí y me decepcioné en ese entendimiento que llevaba muchos días asimilando, desde aquél 22 de diciembre, donde pasamos de ser todo a... simples extraños.


La esencia de la frase era: "El amor debe ser paz, no estrés"


Y los recuerdos llegaron a mi cabeza de golpe, como un: Date cuenta. Las veces que lloré por las cosas que me decías sobre ella, lo que dolió cuando reiterabas tanto que ella te entendía mientras yo pensaba ¿Sientes que yo no lo hago?, ¿Qué hace ella que yo no?, lo poca cosa que me llegué a sentir cuando me escribías una vez ella estaba durmiendo, las llamadas que tuviste con ella y sin embargo conmigo no, las veces que la veías y yo solo podía pensar que algo pasaría y que tú no me contarías, me creé una inseguridad a raíz de la situación, una inseguridad que no tenía y que luego se convirtió en un constante sobre pensar para dentro y en silencio, porque jamás la traté mal, al contrario intenté ser su amiga, tampoco te lo conté, porque... ¿Cómo explicarle a alguien que quieres que algo te lastima, que te duele... sin que suene a reclamo, sin que se lo tome mal?

Recordé las veces que eras cortante, distante, frío, las veces que nunca había tiempo para mí y, sin embargo, para los demás sí.

Entonces entendí, sí, para mí sí fue amor, aunque haya sufrido, a mí sí me importaste, yo sí te quise en serio, pero tú no a mí, entonces ahí surgieron mis dudas... ¿Si siempre fue ella cual era la necesidad de herirme a mí?, ¿De hacerme pensar que en serio me querías?, ¿De jugar con los sentimientos que tenía por ti?

Se supone que cuando quieres a alguien, cuidas su corazón, no le haces daño... entonces ahí todo fue claro. No importaba cuantas cosas te diera, cuantas veces te perdonara, porque tú nunca lo quisiste de mí, no me querías a mí -o al menos no tanto como a Ainhoa-, siempre protegiste sus sentimientos, sin ver los míos, querías todo, pero de ella, no de mí y contra eso, yo no podía hacer nada.


Todo cuadró, yo solo fui la segunda opción, tu distracción, el por si acaso...


Y aunque ya no lloro por ti, me duele entender eso, me duele haber estado tan ciega, sin embargo, estoy feliz de haber tomado mi decisión... feliz de haberme quedado conmigo misma antes que con alguien que no me valoró.

Pero, me decepciona mucho haber perdido mi tiempo y callado cosas por ti, que nunca me diste nada, ni siquiera un bombón, una flor, una tarjeta, una roca, algo tuyo para mí, porque una vez te lo dije, me podías haber regalado una simple rama y la iba a guardar porque me la diste tú. Solo tuviste promesas vacías y palabras bonitas que salieron volando en un instante.


Así que sí, entiendo mis razones para dejarte, pero no entiendo tus razones para dejarme ir tan fácil.

Las palabras que nunca leíste.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora