Las palabras que nunca leíste.✔

40.-A la tercera va la vencida.

Había faltado al colegio, tu vuelo salía hoy y nos habíamos quedado hasta las 04:20am hablando de todo... de nada... de las muchas cosas que habían quedado pendientes por decirnos... por hacer... creo que fue de las mejores conversaciones que tuvimos.

Porque esa madrugada, íbamos a decirnos solo verdades, sin filtros, sin pensar, sin vacilar, íbamos a fantasear con lo que había podido ser, con lo que sería, con lo que era... incluso hubo un momento donde casi lograste quedarte, pero tu mamá estaba decidida, quería que te fueras y aprendieras algo de responsabilidad en casa de tus tíos.

No la odiaba, pero si me hacía cuestionarme cómo podía obligarte a hacer algo que no te hacía feliz enteramente, porque por lo que me contaste tú deseabas quedarte, pero ella tenía la decisión tomada.

Esa madrugada fue tan bonita que no pude despegarme del móvil, mi madre lo entendió y solo me dejó quedarme.

Pocas horas después, sobre las 07:38am tu mensaje me despertó, ya casi te ibas al aeropuerto, así que los mensajes nos los íbamos respondiendo poco a poco. Entonces mi madre hizo una locura que creo que le agradeceré toda la vida, llamó a tu madre y le pidió que pasaran por mi casa, que nos diera unos minutos y... fue una sorpresa triple cuando ella accedió.

En seguida me movilizó para que me pusiera decente y te preparara un regalo, así que tomé aquella camisa gigante que tanto te había gustado, una pulsera que te pegaba bastante, un caramelo y tomé uno de esos pos-it verde y un bolígrafo, escribí lo primero que me vino a la cabeza:

El día que dejes el miedo de lado, y actúes con valentía serás el mejor fenómeno en la historia del mundo mundano.

Esto no es un adiós, como dijiste es un hasta luego, nos veremos pronto.

Te quiero, Camila.

Psdt1: Gracias por joderme los planes. ;)

Psdt2: El caramelo es para los bajones de azúcar.

26/01/2022.

Cuando llegaste y subiste corriendo, tuve un déjà vu, de todas aquellas veces que habías subido antes, contuve las lágrimas porque no quería perder el tiempo, nos abrazamos, queríamos sentirnos, con eso bastaba, y me alzaste en una de esas ocasiones, reí y luego seguimos bajando con lentitud las escaleras... extendiendo el momento, aplazando el adiós.

Entonces a punto de salir del edificio te abracé de nuevo, tus manos se enroscaron en miss cadera y te susurré al oído: ―A la tercera va la vencida.

Tercera, ¿Por qué?, bien, ustedes no lo sabían, pero en el colegio tuvimos la oportunidad de besarnos, sin embargo, decidimos no hacerlo, por miedo, por cobardía, ese mismo día en la tarde él había estado justo en la entrada del edificio para recoger a su hermanita y se había prometido a sí mismo que si al alzar la vista yo estaba en el balcón, subiría, sería valiente y me besaría, pero la vida es juguetona y en ese momento yo estaba duchándome, entonces... sí, a la tercera va la vencida.

Me besaste, besos largos, cortos, fueron tan rápidos que el dulzor no bastó, pero es que realmente... cuando uno está en las nubes con un sol como tú, el tiempo nunca alcanza, nunca es suficiente.

Ese día dolió mucho.

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N/a: Nos vamos acercando a la recta final de la historia de Job y Camila.

Espero que estén bien, o mejor que ayer al menos. 

De no ser así, espero que mañana sea un día mejor.

-Nos leemos luego.

A.