7.-Victorias y Revanchas.

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Hoy habíamos planeado un día de piscina, iban tus dos amigos, los dos míos y nosotros.

Me puse de los nervios cuando jugamos a las peleítas de agua, sentarme sobre tus hombros me puso mucho peor de lo que me gustaría admitir, y tal vez por eso perdimos, pero al final acabamos riéndonos y salpicándonos agua, fue divertido y la primera vez que hacía algo así, me gustó que fuera contigo.

Luego te fuiste a jugar futbol y me quedé con las chicas en la piscina, no pude evitar verte jugar por ratos, no entendía mucho del juego la verdad, solo sabía que el objetivo era golear la portería del otro, pero no tenía la mínima idea de tácticas o estrategias, pero hey, ganaste, eso lo vi claro.

Al rato me fui con Ezequiel a jugar futbolín y poco después te sumaste a vernos jugar, sonreías y me animabas, lo cual agradezco, pero tu forma de decir: ―Miren como juega la princesa, ―Ezequiel si yo fuera tú ya me rendía, y cosas así con tu bendito acento no me ayudaba nada, era adictivo escucharte hablar, pero sonreí orgullosa cuando le gané al castaño. Sonreíste y me retaste a mí a una partida.

Bien, habías ganado, por dos puntos, pero tendríamos una revancha en algún momento.

Retomé mi victoria en el Hockey de mesa y cuando fuimos con los demás a jugar billar me aparté del camino, porque no tenía idea de cómo hacerlo. Intentaste enseñarme y me gustó el hecho de que al explicarme no me hiciste sentir estúpida por no saber, fuiste paciente y siendo sincera entendí muy poco de lo que dijiste, tus labios me distrajeron, contuviste una risa burlona cuando fallé totalmente al intentar golpear una bola, entrecerré los ojos sobre ti y terminé por reírme también de mi fracaso. Posteriormente tampoco lo conseguí, pero prometiste que me enseñarías, yo muy conforme acepté y te dejé jugar con los demás mientras Ezequiel y yo ocupábamos el Hockey de mesa, tiempo después viniste y sí, me ganaste, luego yo y finalmente me preguntaste si quería ir a la piscina de nuevo, no me lo pensé dos veces, estaríamos un rato a solas.

¿Cómo negarme a eso?

En la piscina me pediste permiso para abrazar mis hombros, fue un detalle lindo y respetuoso, así que te dije que sí. A veces me parecía que eras demasiado bueno, lo admito esperaba que hicieras algo, pero no, ese día fue fenomenal también, hablamos mucho solos, demasiado cerca para mi pobre corazón veloz, pero no nos besamos.

No hubiera querido que terminara esa salida, pero llegar a casa y escribirnos sobre ello y lo que haríamos la próxima vez, cooperó con mi felicidad.

¿Algo malo de ese día?, bueno, ambos terminamos quemados por distraernos hablando y no salir del sol, pero, bueno, tú estabas convirtiéndote en una seria distracción, nada podía hacer.










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Hola, por aquí la escritora, ¿Cómo están?, espero que bien o al menos mejor que ayer, yo estoy regular, por cuestiones de salud, en fin.

Este maratón de 3 capítulos se debe a que llevo todo el día editando y he avanzado bastante, creo que es la historia que más rápido he escrito, me alegra haber seguido ese impulso, porque la ligereza de Camila y Job me ha ayudado a retomar mi ritmo.

Bueno, ¿Qué les parece la historia hasta ahora lectores fantasma?

No se olviden de votar y comentar, me ayuda bastante. ;)

Lleva prácticamente nada subida y ya cuenta con algunas lecturas,

gracias por eso <3

Las palabras que nunca leíste.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora