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Minho perdió la noción del tiempo, la estaba pasando tan bien, que se había olvidado de todo, incluso del horario de llegada que le pusieron sus padres.

No recordaba la última vez que estuvo tan feliz. Estaba como drogado, no le importaba nada, la estaba pasando muy como para preocuparse. Se deshizo del Minho al cual todo le preocupa y solo se estaba enfocando en disfrutar, dejo de preocuparse,  bailo, grito, alentó, se mostró bastante cariñoso con Jisung, y cuando veía una oportunidad lo abrazaba o tomaba su mano, y puede ser, que le haya dicho un par de veces que era muy lindo, causando que el menor se sonroje.

Ahora se estaba desarrollando la última competencia del día, sería la final para ver quien pasaba a la siguiente ronda.

Según lo que le contó Jisung, las competencias se llevaban a cabo todos los sábados, venían personas de distintas parte de la cuidad para competir. En total eran como 100 participantes, los cuales eran divididos en grupos de diez, cada sábado se enfrentaba un grupo, y de ese grupo se sacaba dos finalistas.

En este grupo ya tenían una finalista, ahora faltaba que se defina la segunda, y una de las concursantes que estaba peleando por ese lugar era Yeji. Aunque Minho no tenía una relación tan cercana con la chica, estaba alentandola junto a Jisung.

——¡Vamos, Yeji!—— Exclamó emocionado, al ver la puntuación tan alta que había recibido la chica.

Jisung sonrió al verlo. Minho se estaba mostrando diferente, como si fuera un nuevo Minho, se lo veía libre, y a Jisung le estaba gustando, más que antes.

Estaba presenciando una faseta completamente desconocida, totalmente diferente a la que le describieron de Lee. Tal vez, se encontraba en frente del verdadero Minho, el cual pocos conocían.

Él había sido advertido de los pensamientos y la mente cerrada que tenía el rubio, pero sabía que los pensamientos cerrados se debía a la enseñanaza de sus padres, y tampoco los culpaba a ellos, era el gobierno quien adoprtinaba de esta forma a los cuidadanos. Llevaba tiempo romper una diciplina tan bien instalada, y más cuando desde pequeño te definen toda la vida, Jisung sabía que Minho necesitaba un empujón para salir de su realidad tan cerrada, viendo las cosas desde otro ángulo, y experimentando algo que su realidad le quita; aquel sentimiento de libertad que cuando lo sentis una vez, no queres volver más a la jaula.

Han sintió un toque en su brazo, y miró hacía su costado encontrándose con los bellos ojos de Minho mirándolo.

——¿Ya te dije que te ves muy lindo?

——Deja de decir esas cosas——. Dijo avergonzado, mirando hacía el frente.

——¿Te pones tímido ahora? Si mal no recuerdo él que empezó con los coqueteos fuiste tú, bonito.

——Quiero prestar atención a la competencia, calla.

Minho rió, y paso su brazo por los hombros del contrario.

——¿Sabes que hora es?—— Le preguntó Minho.

——Son las 19:40.

——¡¿Qué?! ¡¿Las 19:40?! Yo tendría que estar en mi casa——. Habló alterado.

——Tranquilo, yo te puedo llevar.

——Necesito llegar lo más rápido posible.

Jisung asintió, y agarró la mano del mayor, para salir del lugar.

Minho estaba comenzando a sentirse culpable, sus manos empezaban a sudar, e intentaba pensar una razón creíble para decirles a sus padres.

Rápidamente salieron del galpón por la parte trasera, había un tipo de estacionamiento, en donde se encontraban motos y bicis, Jisung fue directo hacía una de las motos, abrió la parte del acciento y sacó la llave.

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