•『 ✶ Signos de libertad ✶ 』•

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La muerte de Jongseong fue un golpe muy duro para Jisung, todavía no podía procesar lo que pasaba.

La mayor parte del tiempo estaba triste, su mente estaba perdida, no había un pensamiento fijo, eran tantos que no podía focalizar su atención en uno, de todos modos, tampoco quería detenerse a pensar.

Los padres de Jongseong estuvieron destrozados, ellos tenían la esperanza de que su hijo iba a sobrevivir. Él que estaba más afectado era el señor Park, él no comía, no salía de la cama, ni siquiera dormía, él hombre estaba destrozado. Su esposa también estaba muy triste, pero en  ella el enojo era lo que dominaba, la señora Park no quería hundirse en la tristeza, ella quería buscar justicia por su hijo, por todos los adolescentes desaparecidos y por las muertes injustas, ella no quería quedarse sentada viendo más injusticias.

Por ello, organizó una marcha para reclamar por las injusticias del gobierno dictador.

Hablo principalmente con la organización en la que pertenecía Jongseong, ellos aceptaron y luego pasaron la voz de la marcha, logrando que se sumen más personas y asociaciones.

La madre de Jisung le rogo que no vaya, ella tenía mucho miedo, no quería que a su hijo le pasara algo, pero también entendía que Jisung necesitaba alzar su voz, por su amigo, por su padre, él necesitaba pedir justicia, y ella también, Eunji necesitaba quitar el nudo en su garganta, necesitaba poder alzar su voz por su esposo. Por ello, decidió acompañar a su hijo en la marcha.

Todos sabían que la manifestaciones estaban prohibidas, también las reuniones de más de seis personas, así que para poder manifestar sin romper alguna ley, las organizaciones tomaron un punto de encuentro diferente, cada una partía de un lugar distinto con el objetivo de llegar al centro de la cuidad.

Para visibilizar cada una de las luchas, llevaban pañuelos en la cabeza de diferente color, las personas que exigían la aparición de lo desaparecidos tenían un pañuelo blanco, las personas que perdieron a alguien en mano de los militares tenían un pañuelo amarillo, trabajadores y trabajadoras que trabajaban en condiciones inhumandas o recibían muy poco tenían el pañuelo del color rojo, estaban las mujeres que tenían el pañuelo de color violeta, y por último, estaban las personas con un pañuelo naranja, quienes se mostraban como apoyo.

Cuando el reloj marco las unas de la tarde, la marcha comenzó.

Iban en filas, con una distancia entre las personas, caminaban en silencio, cada una alzaba su cartel y su frente estaba en alto. La madre de Jongseong iba en frente de la marcha, con su cabeza firme y aunque tenía los ojos lleno de lágrimas, no dejo caer ninguna.

Jisung había hecho un cartero, el cual decía;  los que dicen protegernos son los mismos que nos matan.

Había varios carteles, con diferentes frases, con imágenes, cada uno representaba lo mismo: la vulnerabilidad de los derechos, aquel abuso de autoridad y adoctrinamiento a través del miedo.

Con esta marcha, la sociedad le mostraba al gobierno que la obedecía se estaba yendo, aquella que nació al raíz del miedo implementado a través de la violencia.

Ya no querían ser diclipinados, no querían dejar que el gobierno se siga llevando a seres queridos y personas inocentes, no podían quedarse de brazos cruzados, era hora de levantar la voz.

En silencio, con lágrimas, con abrazos, de manos agarraradas y levantando los carteles bien en alto se desarrollo la marcha.

Fue muy pacífica y no hubo incovenientes para la sorpresa de todos, sin embargo, esta no sería la última, incluso si el ejército quería reprimirlos, ellos iban a gritar más fuerte, porque ya estaban cansados de ser disciplinados.

Eran las ocho de la noche, y la familia Lee se encontraba cenado. La televisión estaba prendida, ninguno hablaba, todos escuchaban atentamente las noticias que se contaban.

Los padres aún seguían ejerciendo la ley del hielo con Minho, no le hablan, ni lo miraban, y si tenían que comunicarle algo era de mala manera. Solo Ryunjin lo trataba bien y estaba preocupada por él.

Eso lo había sorprendido mucho, no esperaba esa actitud de su hermana, penso que ella la odiaba o algo así, pero estaba bastante equivocado.

——Esos vagos no tienen nada que hacer y van a perder el tiempo——. Comentó el señor Byeongin, con un tono enojado.

——El tránsito fue un caos por estos malnacidos——. Agregó su madre, refiriéndose a los manifestantes.

——El tránsito siempre es un caos.

——No empieces, Ryujin——. Advirtió su padre.

——No estoy empezando nada. Solo te recuerdo, que todas esas personas que están ahí tienen su razón, y que tus privilegios no lo dejen ver no es su problemas.

——¡¿Privilegios?! ¡Yo trabajo, y tengo que esforzarme para ganarme la vida!

——¡¿Y ellos no?! ¡¿Qué crees que viven del aire?!

——Ellos son unos malnacidos.

——Tú eres un malnacido——. Dijo levantándose de la mesa——. Tienes el maldito privilegio de trabajar 5 horas, y ganar lo mismo que una persona que trabaja 12 horas.

——No me faltes el respeto.

——¿Qué vas a hacer si lo hago? ¿Me vas a pegar como a Minho? ¿Crees que así es la forma de educarnos? Con golpes no borras mis pensamientos, Byeongin.

——¡A tu cuarto!—— Gritó su madre.

——A él no le van a hacer lo mismo que me hicieron a mí, no se lo voy a
permitir——. Aseguro Ryunjin, retirándose del comedor.

——Levanta  la mesa, ahora, Minho——. Ordeno su madre, y la pareja se retiro de la mesa.

Minho comenzó a llorar por la impotencia que sintió.

Él nunca tendría la valentía que tenía Ryunjin, él no podría levantar su voz para decir que no. Minho no iba a tener el valor para hablar por él, para decir lo que siente o quiere.

Él quizás nunca logré ser libre.

No sé si ya han empezado el colegio o la universidad, pero no es mal momento para recordarles que una nota no las,les, los define. No se comparen, recuerden que cada persona maneja un tiempo diferente. Intenten tomar un descanso si es necesario y no se exigan de más. Espero que tengan una hermosa semana, les, los, las quiero mucho, gracias por su apoyo. 💘💘