XI

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-Han estás bien?- Seo lo había perseguido pero el menor le había cerrado la puerta en la cara y ya tenía más de una hora ahí parado -Lo siento, yo sabía que el rey estaba con la jovencita Karina pero quiero aclararle que solo hago caso a las ordenes de su majestad.

Minho llego, el tenía que resolverlo -Changbin, yo me encargaré de el- el pelinegro asintió y se retiró del lugar, el rey suspiró y tocó la puerta -Jisung...- no había señales del menor -Han, yo lo lamento deja que te explique, solo tengo ojos para ti.- volvió a tocar la puerta pero nada.

[Una hora antes]

-Joven Jisung!!- Seo corría detrás de el.

Cerró la puerta con seguro y comenzó a llorar de pronto todo el pasado rompiendo de nuevo su corazón, tenía que irse de ese lugar o de lo contrario nunca sería feliz.

Comenzó a revisar todo el lugar, encontró una soga y también cobijas a las cuales les hizo un nudo, se acercó a la ventana y observó hacia abajo -Carajo- era demasiado alto, amarro la soga en el gran ventanal, tal vez moriría en el intento pero era mejor que quedarse en ese lugar.

Demasiado frío y viento.

Se encontraba bajando cuidadosamente, no quería morir no sin antes encontrar a sus hermanos.

-Falta poco- susurro, colocó su pie sobre una roca que sobresalía de la pared pero cuando estaba apunto de recargar todo su peso se resbaló -Ah!- logró agarrarse de nuevo, sus manos se encontraban heridas no podía más tenía que tocar el suelo ya.

Continuó bajando hasta que por fin tocó el suelo, suspiró -Lo logré- sonrió y brinco de felicidad, cuando se volteó visualizo a unos guardias así que rápidamente se escondió detrás de unos arbustos, necesitaba un plan para escapar de ellos.

-Qué haces ahí?- un hombre como de aproximadamente veintisiete años, alto, cabello negro y una cicatriz en su ojo izquierdo, un aspecto algo tenebroso.

-No digas nada por favor- pidió suplicante -Solo quiero irme del castillo...

Sonrió ladino -Puedo ayudarte, ven- extendió su mano -Te sacaré de aquí.

Jisung no hablaba con extraños, no confiaba en gente que no conocía pero necesitaba irse de ese lugar así que simplemente asintió -Esta bien, que tengo que hacer?

-Ponte esto- le dió una capa algo vieja a lo cual Han se la colocó de inmediato -Y lleva esto- le dió unos sacos los cuales no sabía que llevaban adentro -Ahora sígueme- ambos caminaron hasta que llegaron a las dos grandes puertas de madera -Terminé mi trabajo.- le dijo a uno de los guardias

Jisung estaba muy nervioso, tenía la miraba baja y sus manos sudaban, tenía mucho miedo de que fuera reconocido.

-El quién es?- pregunto curioso el guardia.

-Es un ayudante, me van a dejar salir si o no?- lo dijo de mala gana, el guardia solo asintió y los dejo salir, Jisung sonrió de felicidad unas últimas lágrimas descendieron por sus mejillas, al fin era "libre".

Una vez fuera del pueblo Jisung se paró y se quitó la capa -Gracias, por fin puedo ir a buscar a mis hermanos, estoy muy feliz- miró al hombre pero...

El hombre sonreía pero no era una sonrisa cualquiera, era la sonrisa de un lunático.

-Crees que te irás sin pagarme?

MI REY-MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora