CAPÍTULO 9

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Louis demostraba cada vez más confianza con Harry, compartían momentos realizando algunas tareas, el alfa notó el interés que este tenía por sus pinturas, todos los días lo encontraba admirando las obras que Gemma y Niall tenían colgadas en la pared.

Así que tuvo la brillante idea de invitarlo a pintar, sorprendiéndose cuando Louis, con un intento de sonrisa, aceptó.

—La vida nunca es como la pintan Louis, es como tú le pongas el color. —Harry hablaba con su voz arrulladora.

Louis, admiraba con detenimiento como sus manos tomaban los diferentes pinceles, mezclando colores para hacer las hermosas pinturas que adornaban la casa.

El alfa tenía un lienzo frente a él, se encontraban en una de las habitaciones de la casa, ambos descalzos y con ropa que pertenecía a Harry, quien disimuló muy bien su alegría al notar a Louis usándola, disfrutando de la mañana mientras le explicaba ciertas cosas.

El alfa suspira. —Hay una frase en particular que me gusta mucho: “la pintura es una poesía muda y la poesía es una pintura ciega, y una y otra van imitando la naturaleza en cuanto les sea posible”, es de Leonardo da Vinci.

—Tiene sentido.  —Louis respondió sin poder quitar la vista de los brazos que resaltaban los músculos que se movían con precisión a lo largo del lienzo para formar un paisaje.

Louis se preocupó cuando en un intento de trazar una línea dejo una mancha que no encuadraba para nada en la pintura.

—Lo arruiné... —Se lamentó.

El alfa sonrió. —De eso se trata Louis, mira —dijo, tomando otro poco de pintura, lo observó pidiendo su mano—, donde tú ves una mancha o un desastre, yo veo arte. —mostró como “su desastre” fue visto con admiración, ya que la mancha se había convertido en pinceladas, haciendo parecer que los árboles estaban floreciendo en la pintura.

—Hermoso, ¿no crees? —cuestionó el alfa admirándolo.

—Lo es. —Louis conectó miradas, Harry sintió chispas en su interior, levantó su pincel con pintura morada y le dio un pequeño toque en la nariz manchándola.

Harry pensó que de todas sus pinturas, el haber coloreado las mejillas de Louis de un lindo rojo había sido la mejor de sus obras.

Harry sonrió, tomó un pedazo de manta. —¿Me permites? —pregunta acercándose a su rostro para limpiarlo.

Louis no responde, solo asiente, sus ojos no dejan de escanear el rostro cercano de Harry. Cuando el alfa lo ve directo a los ojos, es él quien  siente su rostro enrojecer.

—Listo. —informa después de tallar con delicadeza y pasar su pulgar por su mejilla quitando algunas pringas de pintura verde.

—Gracias. —Louis sonríe con sutileza y Harry siente que ganó el  cielo.

🍁🍁🍁

Ahora Louis se acercaba a Harry para ayudarlo en algunas cosas o conversaban de cualquier situación, mientras regaban las plantas de Niall.

Harry casi se va de espaldas cuando Louis curvó de sus labios hacia arriba cuando se golpeó con una maceta colgante del omega. Luego se disculpó por hacerlo y Louis se sonrojó cuando Harry dijo que lo haría más seguido si eso significaba verlo sonreír.

Niall seguía con la tarea de llevar a Louis a sus terapias y chequeos por el problema de su omega, la doctora había dicho que era necesario buscar el calor de un alfa para ayudar a su yo interno, a despertar poquito a poquito.

Louis debía tener algunos avances notorios, sin embargo, le daba mucha pena y vergüenza acercarse tanto al alfa por voluntad propia.

Pero estaba orgulloso de sí mismo, el terapeuta, la doctora y Niall le felicitaban por lo que estaba logrando, eran pequeños avances, pero lo estaba haciendo.

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