CAPÍTULO 33

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El ansia estaba a punto de acabar con sus nervios y la poca cordura de Niall se había ido al carajo desde que conversó con Louis y dentro de él sabía que algo no andaba bien.

Caminaba de un lado a otro buscando alguna solución para ir a ayudar a su amigo.

—Maldición Gemma, no puedo quedarme de brazos cruzados, debemos hacer algo.

—Lo sé, pensemos en algún plan.

—¿Crees que haya alguien afuera?

—No lo sé, ¿percibes algún olor?

—Sí, a pura mierda, que es lo que sueltan esos desgraciados, pero no, no hay nadie.

—Bien, ayúdame a ponerme de pie, abriremos esa puerta, intenta marcar la habitación lo más posible con tu olor, hay que hacerles pensar que seguimos aquí.

Gemma se hincó siseando de dolor, tomó una de las insignias de su uniforme sacando la parte puntiaguda del prendedor con él, intentó abrir la puerta, maniobrando la manija con gran destreza. Era un poco doloroso por los golpes que tenía en las manos, pero ahora su alfa estaba tan molesta por lo sucedido con Niall que dejó de lado todo el dolor para buscar opciones.

Cuando Niall marcó las paredes lo suficiente, llegó junto a ella, ambos veían atentos hasta qué manija de la puerta hizo clic.

—El mejor maldito sonido. —canturreó el omega ayudando a su alfa a ponerse en pie—. Te juro alfa, que tengo tantos deseos de arrancarles la garganta, nadie toca a mi mujer.

—Tranquilo amor, ahora debemos ir a buscar a Lou antes de que suceda algo malo.

El instinto maternal de Niall se disparó al sentir el olor plagado de tristeza del pequeño alfa.

—Ese es Emy alfa, debemos ir por él.

Gemma se paró frente a Niall de una forma tan protectora. —Perdóname Niall, no estuve para ustedes cuando pasó todo, lo siento.

—No te preocupes amor, no fue tu culpa. No es culpa de ninguno de nosotros, sino de ese mal parido de Esteban.

Niall se protegía detrás del cuerpo de su alfa mientras cubría su vientre con ambas manos. Escucharon voces, acercarse y se metieron a una de las habitaciones rogando que estuviera vacía.

Al entrar los ojos de la alfa se abrieron en gran expresión de asombro.

Debía ser una jodida y maldita broma.

Estaban en una habitación llena de armas de todo tipo.

—¡SANTA MIERDA! —admirada caminó por la habitación.

—Alfa, ¿qué demonios sucede contigo? No digas groserías delante de nuestro cachorro.

Gemma caminó tomando una de las que más llamó su atención, además un silenciador serviría de mucho si debían defenderse y no hacer tanto ruido, guardó un par más ajustándolas con el cinturón de su pantalón.

—Bien, salgamos, quédate detrás de mi Niall.

Caminó optando una pose de ataque guiando a su omega por los pasillos.

🍁🍁🍁

Harry derrapaba sobre el asfalto por lo rápido que iba, hasta que un dolor profundo lo hizo detenerse, nunca había sentido algo igual.

OMEGA

—Louis… —siseó Harry.
 
—¿Qué sucede Harry? —Liam habló preocupado.

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