CAPÍTULO 41

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—Maldita sea Gemma esto duele como el infierno, sácame esta cosita hermosa y bella ya no soporto el dolor.

—Tranquilo amor, estoy aquí, no te preocupes.

Una nueva contracción llegaba y Niall era llevado a una camilla al hospital.

Fue algo confuso todo, Emy desde la mañana despertó pidiendo ir con Niall y cuando lo vio se aferró a su estómago volviéndose protector y besando con gran devoción la piel del omega.

—Bebé linda. —Se mantuvo repitiendo mientras acariciaba el estómago del omega. Emy estaba tan emocionado que parecía que presentía la llegada de la pequeña.

—Olvidé las malditas clases de respiración alfa, ¿cómo diablos eso me serviría si iba a recordar cómo respirar?

—Hazlo conmigo, cariño, juntos, ¿sí?

—Bien.

Ambos aspiraron bocanadas de aire y su alfa marcaba el paso indicándole como respirar y marcándolo con su aroma.

Al entrar a la sala los médicos los esperaban, Gemma tenía una bata puesta y se encontraba protegida con las medidas higiénicas que las enfermeras habían indicado.

—Que me pongan algo para el dolor alfa… mejor no, yo soy fuerte, miren mis grandes brazos, hago ejercicio con mis plantas, por cierto a este lugar le hace falta vida. —parloteó luego de ver la aguja que contenía la anestesia que le pondrían de la mitad de su cuerpo para abajo.

Lloró un poco no queriendo dejarse inyectar, pero Gemma lo distrajo con cariños y mimos.

Luego de unos minutos, Niall se sentía flotar. Los doctores se preparaban para la operación y darle la bienvenida a la pequeña Jazmín.

—Alfa.

—ALFAAAAA. —El omega intentaba hablar en susurros para que nadie escuchara, según él, señor discreción, era su apellido.

—¿Dime amor?

—Deberías pedir un poco más de esas pastillas y de lo que había en esa jeringa para tener de eso en casa. —dijo adormilado por efecto de la morfina en su sistema.

Gemma no respondió tratando de contener la enorme carcajada. —Te lo digo en serio alfa, se siente como volar incluso. Yo los distraigo y tú las tomas y ¡oh! Mira qué lindo está el techo. —ordenó apreciando las pinturas del salón de ginecología, observó todas esas lunas pintadas de amarillo.

—¿Por qué todo es amarillo y no pueden ser rosa o lila? Creo que si pitaran alguna flor todo se vería mejor, debería ser decorador de interiores, pero también de exteriores y podría hacer alguna mezcla de interior y exterior. ¿Te imaginas que yo logre algo así alfa?

—Tú puedes lograr lo que desees amor.

—Por eso te amo, ahora diles que se apresuren y que me saquen esto de aquí.

—Tranquilo querido ya están haciendo su trabajo.

—¿Ya? Y porque no me dices que hacen, alfa, es que tú hablas mucho amor y me distraes con tu voz y con tus ojos preciosos, tus labios y tu cabello…

—Oye, te informo que estoy casada con el omega más hermoso de este mundo, así que deja de coquetear conmigo.

Los ojos del omega estaban pesados, pero no dejaba la conversación con su alfa. —Ni tú te puedes resistir a mi Gemita, es más, ni yo me resisto a mí mismo, ¡solo mírame!

La plática fue interrumpida por unos llantos, Gemma alzó la vista apreciando como envolvían con una manta a su pequeña para limpiarla, sujetó la mano de su omega. —Niall amor.

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