CAPÍTULO 27

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Ya era costumbre que el alfa pasara todas las noches en la habitación de Louis, así que una mañana Harry despertó sintiendo unas manos sobre su mentón, abrió los ojos, miró hacia arriba encontrándose con los azules del pequeño. 

Inclinó su cabeza hacia atrás con cuidado, pues el cachorro estaba sobre su cabello.

Emy estaba sentado sobre la almohada con sus pies descansando en los hombros del alfa, mientras jugaba a poner sus dedos en los lunares de Harry.

—Papi. —habló sorprendido cuando notó los verdes de Harry.

—Pequeño travieso, ¿qué haces cariño?

Lo sujetó para levantarlo y sentarlo sobre su pecho.

Emy siguió pinchando los lunares que veía e hizo reír un poco al alfa.

Emy lo hizo de nuevo esperando expectativa a que Harry riera.

—¿Te divierte hacerle cosquillas a papi verdad cachorro? —Harry sujetó sus manitas para jugar con él.

Louis aún estaba dormido, el día anterior se acostaron tarde, ya que Magy y Niall se encargaron de promocionar sus postres y una paciente de las clínicas le encargó muchos panecillos para la fiesta de cumpleaños de su pequeña.

Ver a Louis feliz, hacía feliz a su alfa, el omega estaba tan emocionado y orgulloso por su trabajo, le comentó que ahora él podría comprar algunas cosas necesarias para Emy.

—Bien, dejemos a mami descansar y vamos a preparar el desayuno, ¿te parece?

Harry se puso una camisa simple color blanco, se amarró el cabello y cargó a Emy que venía gateando muy despacio volteando a ver a su mami e ir con cuidado para no despertarlo.

Se encaminaron a la cocina y Harry sentó a Emy en su silla para iniciar. —Bien pequeño, ¿te parece si hacemos unas galletas con chispas, algo de avena y fruta?

Emy aplaudió feliz cuando el alfa sacó los ingredientes para hacer las galletas. Recordó el pequeño mandil que Niall compró para el pequeño alfa y para Louis, eran dos con los mismos diseños a juego.

Harry se colocó el de Louis y le ajustó a Emy, el que le pertenecía.

Buscó la avena y la preparó para que se quedara reposando en la leche mientras él picaba la fruta y Emy la guardaba en un recipiente.

Al terminar preparó los tazones para todos, avena, banano, manzana, semillas de chía, y un poco de mantequilla de maní. 

Levantó a Emy para sentarlo en el centro de la mesa, luego puso un poco de harina, azúcar, huevos y polvo de hornear.

—Y aquí los dos ingredientes secretos, Emy. —Se acercó al pequeño como si de un gran secreto se tratara.

El pequeño lo veía expectante esperando que el alfa terminara.

—Bien, el secreto para que esto sepa muy rico es un poco de vainilla y muchas chispas de chocolate. —terminó de decir cuando puso algunas chispas en la mezcla.

Niall entraba a la cocina amarrando su bata por la cintura, el sueño aún no se había despejado de su rostro, el cabello alborotado y se restregaba los ojos con sus manos echas puño.

—Tengo hambre Harry, aliméntame. —demandó.

—Buenos días, Niall, ¿qué tal dormiste?

—Emy bonito, alfita, precioso, ¿cómo amaneciste pequeño?

El cachorro le mostró una bolita de preparado a la que le estaba poniendo unas chispas de chocolate.

—Estás cocinando, eso es magnífico, muero por probarlo.

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