🧖🏻‍♀️Capítulo 11🤷‍♂️

2.8K 241 17
                                    


Escuchaba muy, pero muy lejano el sonido del móvil. ¿Estaba soñando? No, no, el sonido se había vuelto más fuerte. «Mierda. Charlize entrando al mundo de la realidad en tres, dos, uno...»

Abrí los ojos, sintiendo pesadez en ellos, la luz del sol se reflejaba en el espejo, lastimando un poco mi vista. Poco a poco elevé la cabeza y miré a mi alrededor. Me encontraba boca abajo al pie de la cama y sentía un ligero peso en mi espalda..., era James. Su cabeza estaba apoyada en ella.

Suspiré y sonreí, dejando caer mi rostro sobre el colchón, recordando una madrugada y mañana, bastante entretenidas. Había olvidado lo que era tener sexo en repetidas ocasiones. El cansancio a flor de piel, piernas temblorosas, cuerpos húmedos por el sudor y calientes sin posibilidad de disminuir la temperatura... Vaya ¿cómo es que había logrado estar tantos meses sin sentir eso?

—James —le hablé—. Tu móvil, James.

—Mhmm —murmuró sin moverse.

—Mierda —expresé y me puse de pie, enredando la sábana en mi cuerpo. Podía ser mi amigo quien llamaba.

Salí de la habitación y tomé el móvil del suelo, justo donde lo había dejado caer la noche anterior. Miré la pantalla y en efecto, era una videollamada de él.

Fabricio: —Creí que estabas muerta.

Yo: —Casi.

Fabricio: —Espera, luces como si hubieses tenido sexo.

Sonreí con mis mejillas sonrojadas y cubrí mi rostro con la sábana.

Fabricio: —¡Ahhhhhhhhh! ¡Morris, Charlize ya tuvo sexo! —le gritó a su novio.

Yo: —¡Oye! No exhibas mi intimidad, tonto.

Salí hacia el balcón para que James no escuchara los mega gritos de mi amigo.

Fabricio: —Literal, le pondré en un altar a James —reímos.

Yo: —No es para tanto, ¿quieres dejar el tema?

Fabricio: —¡Nunca! ¿Cuántos orgasmos?

Yo: —Unos cuantos —avergonzada, volví a cubrir mi rostro con la sábana.

Fabricio: —¡Ahhhhhhhhh! ¡Voy a morir!

Morris: —¿Por qué tanto escándalo? —se unió a la conversación.

Fabricio: —Charlize al fin tuvo sexo.

Morris: —Vaya, ya era hora de que te desempolvaran.

Yo: —¿Quieren dejar de avergonzarme?

Ambos: —¡No! —giré los ojos.

Yo: —Olvídenlo. ¿Qué tal todo por allá?

Morris: —A punto de abordar el avión.

Yo: —¡Dios! ¿Quieres decir que la gente ha escuchado lo que dijiste? —miré a Fabricio—. Qué vergüenza.

Morris: —Como si eso le importara.

Después de un par de años, Fabricio, por fin presentaría a Morris como su novio ante su familia, ese era otro de los motivos por lo cual mi amigo no estaba conmigo.

Un latido más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora