—Y cuéntenos, por favor... —mamá miró a Wanda—. ¿A qué se dedica?—A la industria hotelera —respondió ella con una sonrisa.
—Vaya —expresó papá—. Por lo visto, su hijo siguió sus pasos.
—Bueno, alguien tenía que ayudarme con el negocio, ¿cierto, cariño? —Wanda tomó la mano de James por encima de la mesa.
La conversación durante la cena había sido amena, aunque era difícil de creer con esa boca que tenía James.
En la mesa estábamos, la abuela Rose, papá, mamá, la "feliz" pareja, James, Wanda y yo, obviamente, también nos acompañaban Sasha y su esposo Ezra. Por cierto, Sasha no dejaba de devorar a James con la mirada, créanme, no sabía qué diablos estaba pasando.
—Cierto —James le sonrió a Wanda.
—¿Negocio? —Sasha preguntó—. ¿Tienen su propio hotel?
—Estamos en uno de ellos —le respondió Wanda.
Todos se asombraron.
—¿Qué Castelfranco no es una franquicia? —preguntó mamá.
—Creo que olvidé mencionar el apellido de James y Wanda, cuando los presenté —miré a mis padres—. Ellos son la familia Castelfranco y son dueños de la cadena hotelera.
—Vaya —expresó Sasha con ojos brillantes—. Eso es impresionante.
—Pequeño detalle que olvidaste mencionar —papá sonrió ligeramente y miró a James—. Cuando James nos comentó que su profesión era a la industria hotelera, no mencionó nada de ser el dueño de una de las cadenas más grandes de hoteles.
—Mi hijo es bastante modesto —Wanda bebió de su Champaña.
—Además de muy guapo —comentó Sasha, llamando por completo la atención de todos en la mesa.
¿Qué era lo que pasaba con esa mujer? Ni siquiera le importaba que su esposo estuviera a su lado, aunque a mí tío Ezra, también parecía importarle muy poco.
—Pues..., gracias —James le sonrió.
La conversación de inmediato se dirigió a la feliz pareja, y mientras ellos hablaban de dónde pasarían su estúpida luna de miel, James se acercó a mi oído.
—Creo que tu tía quiere violarme —me susurró.
—Luces fascinado con la idea —bebí de mi copa.
—¿Estás celosa, Charlize? —sonrió engreído.
—Qué va —me encogí de hombros—. ¿Por qué tendría que estarlo?
Sí lo estaba.
—Me gusta... —extendió su sonrisa—. Me gusta verte así.
—Estás loco.
—Un poco, sí, pero ahora mismo estás celosa.
—Que te digo que no.
—Y yo te digo que sí.
—Que no.
—Que sí.
—No.
—Sí.
—No.
—¡Que sí! —elevó la voz.
—¡Que no, chico-tanga-masturbador!
Hubo silencio y todos nos miraron. James, por supuesto, comenzó a reír y no lo hizo solo, Wanda lo acompañó.
—Charlize, pero ¿qué es esa manera de expresarte? —mamá me reprendió.
ESTÁS LEYENDO
Un latido más
Roman d'amourMi hermana me robó a mi prometido, eso era un hecho ... Que ¿cómo me sentí ante todo esto? Creí que lo había perdido todo, todo hasta que lo conocí a él ... el extrovertido chico-tanga-masturbador.