🧖🏻‍♀️Capítulo 19🤷‍♂️

2.4K 219 10
                                    


Kwaheri, mwanamke wangu mzuri asiyejulikana (adiós mi bella dama desconocida) Eso fue lo que te dijo aquel hombre, Amin. Y justamente ahora, me encuentro robando sus palabras.

Siento mucho tener que expresarme en una carta, Charlize, pero sinceramente, no hubiese tenido el valor de mirarte a la cara y decir adiós. Supongo que ahora estarás pensando que en verdad soy un cobarde, y no te juzgo, lo soy, pero si tan sólo observaras las cosas desde mi punto de vista, entenderías el por qué me he marchado...

Sin mentir, eres la chica más maravillosa que he conocido en mi vida. No pensé que lo que comenzó como una pequeña aventura, terminaría conmigo, escribiéndote una carta para explicar mi ausencia.

Me preguntaste si alguna vez me había enamorado, debí responderte que no, que jamás tuve ese fuerte sentimiento por una chica, pero me aterré, porque no fue hasta ese momento, que la revelación en mi mente me deslumbró, de inmediato supe que tú no estabas de paso en mi vida, más sin embargo, yo en la tuya... No tenía mucho que ofrecerte, Charlize, no podía simplemente atarte a un hombre enfermo.

He llegado a la conclusión de que no estoy seguro de lo que me depara el destino, pero preferí correr ahora que cuando ya fuera demasiado tarde. No detengas tu vida por mí, por favor, no soy suficiente para ello, sigue adelante y recuérdame cómo tu chico-tanga-masturbador, que yo te recordaré como la chica parlanchina que robó mi corazón.

P.D:
Jamás olvides tu promesa..., yo no olvidaré la mía.

Siempre tuyo, James.

Había leído "mil" veces su carta, y pensaba leerla mil veces más. No sólo era sentimentalismo, sino que también, en ella, James expresaba sus sentimientos por mí, aunque no con la exactitud que deseaba, pero después de creer que él no me correspondía de la misma forma que yo, sus palabras escritas significaban mucho para mí.

Me encontraba en mi departamento, en mi cama, posicionada en un ovillo. No salía ni a la puerta para tomar el periódico, así había sido desde hacia poco más de un mes..., sí, ya había pasado un mes desde mi pequeña travesía en la isla Zanzíbar. No había asistido al trabajo, aunque estaba bastante segura de que ya no tenía uno. La próxima semana me mudaría con Fabricio y Morris a Nueva York. Debimos habernos ido un par de semanas atrás, pero no me sentía con la fuerza para hacerlo.

—¡Hemos llegado! —Fabricio entró a mi habitación con comida en una bandeja—. La abuela te ha enviado sopa.

—Bien —respondí sin ánimos.

—Siéntate, tienes que comer.

—No quiero —me quejé.

—De acuerdo —se giró para marcharse.

—¡No, espera! —mi grito lo detuvo—. Dame mi sopa —sonrió mientras que yo me sentaba.

Jamás había que rechazar la sopa de la abuela de Fabricio, era deliciosa.

—Sabía que no te resistirías —colocó la bandeja en mi regazo y después se sentó frente a mí—. La abuela me pidió decirte que si no sacas tu trasero de la cama, ella personalmente vendrá y lo hará por ti, aunque no de una manera agradable.

Un latido más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora