—¡Charlize, me voy a disecar aquí afuera! —sonreí con el grito de James.—¡Ya voy, tarado! —le respondí.
Aún me encontraba en el cuarto de baño. Tenía todo un desastre en el lavamanos, maquillaje, labiales, sombras, tenazas para el cabello, etcétera, etcétera. Ya estaba lista sólo que no dejaba de mirarme en el espejo, no quería parecer exagerada, pero tampoco tan sencilla.
Usaba un vestido ajustado de color rojo, tenía un escote en V bastante pronunciado y mi espalda estaba por completo desnuda, a mi cabello lo ondulé y recogí en un bonito peinado, —no podía llevarlo suelto con el tremendo calor de esa isla—, el maquillaje en mi rostro era ligero a diferencia de las sombras oscuras en los ojos, no era una experta en esto, ni siquiera podía hacerme un delineado decente, pero por lo menos hacía el intento.
Fabricio: —Coloca un poco más de iluminador en tu pómulo izquierdo.
Un intento en el que por supuesto tenía que ayudarme mi amigo.
Yo: —¿Así? —pregunté una vez que lo puse.
Fabricio: —¡Estás divina! —sonreí—. Esta noche no hagas nada que no hiciera yo.
Yo: —Lo intentaré —puse un poco más de brillo en mis labios carmesí.
Fabricio: —Tus padres no dejan de llamarme y Stefan, menos —fruncí el ceño—. ¿Quieres que les diga algo?
Yo: —¿Algo cómo qué? ¿De qué hablas?
Fabricio: —¿Cómo? ¿No lo sabes? —también me miró con el ceño fruncido.
Yo: —¿Saber qué? ¿Le pasó algo a mamá o a papá?
Fabricio: —No, no, tranquila. Sólo pensé que James te lo había dicho.
Ahora estaba más confundida que nunca.
Yo: —¿Decirme qué?
Fabricio: —Te llamé un día después de la boda de Stefan, el domingo, pero James dijo que estabas dormida, así que le pedí que te diera el recado.
Yo: —¿Qué recado? —suspiró.
Fabricio: —Stefan y tu hermana no se casaron —dejé caer el brillo labial al piso.
¿Cómo que no se casaron? ¿Y por qué James no me lo había dicho?
Fabricio: —Morris me comentó que hay un drama total en tu familia, tus padres se muestran incrédulos y tu hermana está como loca, dice que todo es tu culpa.
«Dios. ¿Por qué a mí?»
Fabricio: —Amiga, sea lo que sea no te preocupes, ¿de acuerdo?
Yo: —¿Y Stefan qué quiere? —de nuevo suspiró.
No sabía ni qué decía, sabía lo que quería.
Fabricio: —¡Amiga, no! No vayas por ese lado, ese imbécil no te merece, vive el momento con James, ese chico tan increíble.
Bajé la mirada.
Fabricio: —Oh, oh, conozco esa expresión ¿qué está pasando? —ahora yo suspiré.
—¡Charlize, es tarde! —de nuevo gritó James.
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Un latido más
RomansaMi hermana me robó a mi prometido, eso era un hecho ... Que ¿cómo me sentí ante todo esto? Creí que lo había perdido todo, todo hasta que lo conocí a él ... el extrovertido chico-tanga-masturbador.