🥀~Falling in love with the queen of the mafia~🥀 (Lumity Omegaverse)

¿Este es mi nuevo hogar?

Capítulo 33- Emma Noceda Blight.

—Estoy muy emocionada. —Exclamó Amity, casi saltando de su puesto en el auto. Tenía una gran sonrisa en su rostro y no podía esperar para ver de nuevo a la pequeña Emma y llevársela consigo a casa—. ¡Ve más rápido Lu!

—Si voy más rápido llegarán los policía, y no quiero que Emma me vea cubierta de sangre. —Dijo, levemente riendo y rodando los ojos con diversión—. Después de todo y por sí no lo notaste, ya llegamos.

El olor de Blight se volvió más dulce con esto; cualquiera que la oliera sabría que esta muy emocionada. La alfa estaciono la camioneta frente al orfanato, y prácticamente Amity salió de un salto del auto, de no ser porque Luz la tomó de la mano probablemente saldría corriendo directo al lugar.

Ambas esperaban que estuviera en la entrada, esperándola. En vez de eso escucharon gritos y llantos.

—¡Entra ya al baño tonta! ¡Estás toda sucia y las Noceda ya llegaron! —Exclamó con furia una de las hermanas, arrastrando a Emma del brazo hacia un baño multiple del lugar. Sin embargo, Emma no cooperaba; lloraba y usaba todas sus fuerzas para no entrar, pues desde siempre le tiene mucho miedo a los baños públicos, tanto que prácticamente gritaba como si la estuvieran torturando.

—¡Alto! ¡Si no le gusta no la puede obligar a entrar! —Amity grito furiosa, callando a todos alrededor incluyendo a la monja que segundos antes estaba obligando a la niña a entrar al baño.

Apenas Emma vio a la peli lila se soltó del agarre de la superiora, corrió hacia ella entre lágrimas y se lanzó a sus brazos sin pensarlo mucho, Amity por instinto la alzó y dejó que abrazara su cuello y envuelva su cintura con sus piernas, mientras seguía sollozando en su cuello.

—¿Podrían decirme que estaba pasando? —Luz con un tono alto de voz miró a todos en el lugar, pero nadie respondió por miedo y aparente vergüenza. Sabía que los orfanatos eran así, pero esto sin dudas era inaudito.

Dio un respiro mientras miraba a la niña entre los brazos de su esposa.

—Ya denme sus cosas para largarnos, ahora.

Unas monjas acataron y rápidamente le trajeron en sus manos una pequeña maleta junto con un bolso, después de eso se retiraron y dejaron que ambas salgan del orfanato.

Luz tomo el volante de su camioneta y Amity tomo el del copiloto, puede que compraron una silla de niños especial para Emma que estaba en los asientos traseros, pero ella prefirió dejarla en sus piernas en todo camino.

—Ahg. Cariño, ¿que te paso? —Pregunto hacia la pequeña mientras trataba con unas toallas limpiar su desgastado vestido manchado de jugo de ciruela que ya empezó a ponerse pegajoso y viscoso en su ropa.

“Unas niñas me los tiraron en el cuarto”, explicó la niña con sus manos temblando y formando un puchero.

—Desgraciados. —Murmura la alfa a su lado, ganándose un leve golpe por parte de su esposa.

—Sin groserías frente la niña.

—¡Pero ella no me puede oír!

—Me vale.

—Hmm. Bien. Lo siento —Luz no tuvo más opción que declinar ante sus acciones.

—Linda, ¿por qué te asustan tanto los baños públicos? —Pregunta la omega mientras peina el esponjoso cabello castaño de la niña.

“No lo sé... S-Siento que unos hombres feos vendrán y me lastimaran”.

Ante esta confesión, las mayores se miraron entre sí. Amity sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo, como una clase déjà vu que compartió con su pareja.