5. Kadi

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Jamás pensé que podría sentirme así de nuevo. Lo viví una vez, pero fue diferente. Sé que no he tenido suficiente experiencia para saber mucho sobre noviazgos, pero los sentimientos no tienen reglas. Jongdae siempre me da consejos y he aprendido mucho de él al respecto. Así que me voy a limitar a disfrutar de la compañía de una persona que sinceramente me hace feliz. Es extraño, pero siento que vale la pena. Es hora de superar todo y seguir adelante, porque vale la pena. 

La relación entre Kadi y Jongin casi no cambió mucho cuando empezaron a salir formalmente.  Se supone que su relación era oficial, pero no querían apresurar las cosas de ninguna manera. Por esa razón decidieron ir lento, pero seguro. Ya podían responder que eran una pareja cuando les preguntaban, con mucha frecuencia, y se daban de la mano al caminar  por la calle. No parecía incómodo como pensaron en un inicio. Empezaron a verse para pasar más tiempo a solas, haciendo verdaderos planes como pareja. Se besaban de forma sutil en ocasiones especiales. Ambos querían más, pero necesitaban acostumbrarse a lo físico. Habían sido amigos demasiado tiempo y les resultaba un poco extraño saber que eran novios. 

–Te veo feliz– Jongdae se sentó al lado de Jongin, quien estaba en la cocina de su casa comiendo una fruta con mucho gusto.

–¡Llegaste!– exclamó feliz el muchacho y se acercó para darle un abrazo.

–Sabes que jamás me pierdo los domingos de películas en tu casa. Comida deliciosa, chismes y risas.

–Y casi nada de películas porque nos demoramos demasiado en escoger una– ambos rieron por la broma, ya que muchas veces sus reuniones de los fines de semana se enfocaban en otras cosas. A veces conversar era mucho más interesante que imágenes en una pantalla. 

–¿Cómo está Kadi? Desde que me contaste sobre su relación, no me has dado muchos detalles. No voy a negarlo, tengo mucha curiosidad. 

–En realidad no hay mucho que contar. Seguimos como siempre, ahora nos vemos más y es agradable. Se siente correcto. Sé que ahora somos una pareja, pero siento que estamos igual. Eso es bueno y malo.

–¿Malo por qué?– quiso saber Jongdae. 

–Bueno, pensé que las cosas serían diferentes, pero no. Me hace feliz, porque no quería perder lo que teníamos, pero me preocupa al mismo tiempo. Sería extraño estancarse en eso.  

–Jongin, es muy importante lo que me dices. Su relación tal vez parecía estar bien como estaba, pero eso no es necesariamente así. Este nuevo paso que dieron les hará darse cuenta lo que sienten por el otro, la imagen que tienen del otro.

–Su sonrisa es bonita.

–¿Y eso?– preguntó su primo un tanto divertido.

–Estuve pensando que jamás me fijé en esas cosas antes. Estaba tan ocupado intentando demostrar que sólo éramos amigos, que dejé de lado los pequeños detalles y casi se fueron perdiendo... los matices de los que siempre hablabas son de verdad importantes. Es por eso que ahora intento darme cuenta de cuáles fueron las cosas que me gustaron de ella desde que la conocía.

–Eso es muy lindo, Jongin. ¿En qué otras cosas has pensado?

–Me gusta su sonrisa. Me siento entusiasmado cuando me doy cuenta que estoy cerca de su casa. Me pongo nervioso cuando sé que voy a verla de nuevo. Siento cosas extrañas en el estómago cuando la beso. Abrazarla me hace emocionar. Es lindo, es realmente lindo. Lo extrañaba...

–¿Pero...?

–No estoy seguro si puedo decir que esto es perfecto o si es amor. Es decir, en este momento es la única persona que me entusiasma, pero siento que todavía no llego a este enamoramiento absurdo que te hace enloquecer.

–No te agobies por eso. Te voy a contar algo que te hará entender a lo que me refiero. Cuando conocía a Minseok, no me gustaba– admitió Jongdae, sorprendiendo a su primo.

–¡Eso no puede ser! ¿Es en serio?

–Sí. De todas las personas con las que estuvimos ese día, él casi no habló así que no llamó mi atención y no me gustó. Fue después, cuando habíamos sido amigos por un tiempo, cuando me di cuenta que tal vez tenía algo que me intrigaba. Por eso tuve curiosidad y empecé a frecuentarlo, me costó averiguar todas las cosas que tenemos en común y que ahora me vuelven loco por él. 

–Entonces, ¿no fue algo inmediato?

–No todos los enamoramientos son iguales. El amor a primera vista sirve con pocas personas. Te estás dejando llevar por una situación muy particular. Lo que viviste con...

–¡Él! Por favor... no digas su nombre en voz alta. 

–Esta bien, está bien. Lo que viviste con él fue muy particular. Y, si mal no recuerdo, tampoco fue amor a primera vista.  Lo que tienes que aprender es que no todas tus relaciones van a ser así y tampoco tienen que terminar mal. Disfruta de tu tiempo con Kadi, no tienes que apresurarte o titubear demasiado. También debes comprender que eso de ninguna forma quiere decir que no vayas a demostrarle lo que sientes. No le tengas miedo al cambio, especialmente si es para bien. 

–Tienes razón, siempre la tienes. 

***

Jongin despertó y tomó su teléfono. En las notificaciones encontró un mensaje de Kadi. Se había levantado antes que él y le había mandado varios corazones de respuesta ya que normalmente ella era la primera en quedarse dormida. Sintió que se sonrojaba y, por alguna razón, eso le causó un poco de gracia. ¿Cuándo había sido la última vez que había experimentado algo así como sentir mariposas por un mensaje?

Ella le motivaba a hacer cosas que no se le hubieran ocurrido en otros momentos o con otras personas. Disfrutaba de sobremanera abrazarla y besarla. Quería tener detalles, caminar a su lado, dándole la mano. Quería probar cosas nuevas. Podía ser feliz a su lado. ¿Podía? Pensó que quería correr a sus brazos, sentirse seguro y cómodo con la persona que le gustaba, tal y como ella le había dicho. ¿Qué demonios era ese sentimiento? Adoraba a Kadi, eso era seguro, pero no estaba muy seguro de cómo debía demostrarlo. Las palabras no eran suficientes incluso si costaba tanto decirlas.  Jongdae le había dicho que siguiera sus instintos, que no se contuviera por miedo a arruinar su amistad. Ya no eran amigos.

–Me sorprende que hayas querido desayunar antes de las clases– Kadi llevaba un conjunto de falda y blusa en tono pastel que le hacía verse adorable.

–¡Sólo mírate! ¡Quieres robar mi corazón!– Jongin sonrió encantadoramente y la tomó de la cintura, para dejar un suave beso en sus labios como saludo. –Te ves preciosa hoy.

La actitud de su novio le hizo sentirse completamente perdida. Ese era un nuevo Jongin que no conocía. El inocente muchacho con el que se sentía cómoda y segura había sido remplazado por un atractivo y juguetón hombre que le incitaba a gritar ¡soy toda tuya!  al notar esa enloquecedora sonrisa de lado ¿Cómo se había transformado de un día para el otro? Sabía que su relación había cambiado, eso era cierto, pero hasta ese día no parecía muy diferente.

–Estaba impaciente por verte– admitió el muchacho, abrazándola con más fuerza.

–Es... ¿en serio?

–Sí. Lo estuve pensando, Kadi. Somos una pareja ahora, pero seguimos actuando como amigos. Ya no podemos seguir así y por eso seré una nueva persona para ti. Seré tu apoyo incondicional, tu mejor amigo y la persona que te gusta, pero también seré un hombre para ti.

Madre mía, pensó la muchacha. Kadi soltó el aire que había estado conteniendo y este se convirtió en un suspiró. El nuevo Jongin le causaba unas sensaciones inexplicables, pero  no podía negar que le encantaba. Al mismo tiempo que sentía nostalgia de pensar en su amistad, se dio cuenta que Jongin tenía razón. No podían seguir actuando como si fueran sólo amigos. Como si no quisieran estar juntos, como si no tuviera ilusión de ser una pareja.

–Bien– la muchachita se separó un poco. –¿Qué quieres comer el día de hoy?

–A ti– bromeó Jongin y ambos soltaron unas risitas infantiles. –Y un poco de arroz.

–Vaya, esto en serio es nuevo. Empecemos por el arroz, entonces.  

Jung-gan-eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora