19. Kadi

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Fue muy extraño recibir una carta. Normalmente la correspondencia que llega a mi nombre es de la universidad o son paquetes de compras. Por primera vez en muchos años recibí una nota escrita a mano y fue por la misma razón. Como si esas dos personas se pusieran de acuerdo para hacerme daño de la misma manera. Es como si hubieran sabido qué es lo que más me duele el mundo. Hoy entendí que la vida puede estar llena de una variedad tan grande de sentimientos, que llega a ser abrumador.

Cuando notó que había llegado el correo Jongin estaba pasando por la cocina con un vaso de leche en la mano y su ropa de casa. En el mesón estaban algunos documentos. Uno de ellos estaba separado de los demás, como cuando su madre separaba sus cosas para que las reconociera y las tomara. Se trataba de un sobre blanco con su nombre anotado en la esquina inferior derecha. Jongin se puso sus lentes para leer y reconoció la letra de inmediato porque era la misma con la que se habían escrito todos los mensajes de ánimo en sus cuadernos o en las notitas dejadas en la comida que ella le preparaba.

Sus corazón latió rápido y se puso inusualmente nervioso. No había sabido nada de Kadi durante algún tiempo y, como las vacaciones de la universidad habían empezado y él estaba ocupado trabajando y descansando de ese ambiente, intentó curar su dolor estando la mayor parte del tiempo activo y con la mente tan distraída como le fuera posible. Le sorprendía que la muchacha no lo llamara o no lo citara para hablar con él. Normalmente no se escudaba detrás de tinta y papel. Eso llamó bastante su atención.

Cuando abrió el sobre se quedó aún más admirado todavía. Era una carta larga ocupaba toda la plana en con una letra pequeña y ordenada. Estaba escrita con cuidado y no tenía ningún tipo de decoración además de unos cuantos dibujos al final que siempre caracterizaron a Kadi. Eran pequeños y estaban cerca de la firma en una esquina. Jongin respiró hondo. Su estómago se sentía extraño, como revuelto, así que decidió sentarse en su cama, donde terminó recostado, y empezó a leer.

Querido Jongin:

Vas a pensar que soy una cobarde y tienes razón. Quiero aprovechar  esta oportunidad para ser honesta contigo. Lo intenté. Intenté buscar muchas maneras de contarte esto y no fui capaz de encontrar una que me hiciera sentir más cómoda y menos despiadada. Pensarlo demasiado sólo lo hizo más difícil. Tal vez estoy siendo una mala persona y lo siento desde este momento. Estoy decepcionada de mí misma, no te voy a mentir. Las palabras se me escaparon y ya no confío en mi capacidad de decir las cosas con calma teniéndote frente a mí. No quiero verte porque voy a flaquear. Es por eso que voy a recurrir a la tradicional nota escrita a mano para contarte lo que voy a hacer. No me estoy justificando, pero quiero que sepas que sigues siendo una personas importante en mi vida y no quiero que te sientas herido o desplazado. Tampoco quiero que te enteres de esto por alguien más porque lo haría aún más doloroso. Así es como pienso. Serás la primera persona después de mis padres en saberlo. ¡Porque eres importante!

Me estuve esforzando muchísimo en mis clases de idiomas y en mis créditos extracurriculares de la universidad. Lo sabes porque me ayudaste mucho en el camino y también estoy muy agradecida por eso. Hace un tiempo esos esfuerzos rindieron fruto y entré a un programa de intercambio. No puedo darle más vueltas a esto, así que lo diré directamente: me voy a Japón. No te diré cuándo o a donde porque no quiero tener una despedida de aeropuerto. No contigo. Si vienes por mí, sé que puedes detenerme. Si te lo digo y no lo haces, me romperá el corazón. Es egoísta mi deseo, pero quiero evitarnos ese dolor. No sé cuánto tiempo voy a estar fuera, así que no pienso hacer promesas vacías. Lo único que quiero que sepas es que te adoro y que seguiré pensando en ti siempre. Guardaré todas las cosas positivas que vivimos juntos y estarás el resto de mi vida en un lugar especial en mi corazón. Estoy siendo una persona horrible ahora mismo, pero espero no equivocarme y que en el futuro me agradezcas por esto. Lamento haber dejado que todo esto pasara. Debí ser honesta contigo y conmigo a tiempo y ahorrarte mucho sufrimiento. Si hubiera sabido que esto pasaría... intentaría evitarte cualquier dolor.

Te mereces un cierre, Jongin. Búscalo y sé feliz.

Kadi

Jongin terminó la carta y la leyó de nuevo. Luego la leyó otra vez. Y luego otra vez. Y así hasta que el cielo se puso oscuro y las luces de la calle se prendieron. Sus planes de ver una película, terminar un informe que tenía que entregar la semana siguiente y estudiar un poco para los cursos extras en los que se había inscrito se quedaron para otro día. El dolor punzante en su pecho y en su cuello no fueron suficientes para hacerlo llorar. Lo intentó y lo intentó con todas sus fuerzas, pero no pudo. Tuvo muchas veces el impulso de mandar un mensaje, de llamarla, de ir a su casa. Pensó en darle esa despedida de aeropuerto que ella esperaba y al mismo tiempo intentaba evitar. Pero no lo hizo. No hizo nada. No se movió ni un centímetro.

Su cuerpo se mantuvo estático pero su mente corría, se aceleraba. Pensó y pensó en el pasado. En los esfuerzos que había hecho y que no habían llegado a nada. El esfuerzo que hizo por olvidar a Kyungsoo para seguir adelante y que nunca consiguió. El esfuerzo para curar su corazón y así poder sanar y abrírselo a alguien más. Quiso entregar y recibir a alguien que lo quisiera, que lo respetara y lo entendiera. Kadi fue su amiga y lo ayudó, pero él también se esforzó en ser su amigo, su confidente y luego su novio. Lo dio todo para ser una pareja confiable, tranquila e incondicional. Luchó contra sí mismo. Pero no fue suficiente. En el fondo, Kyungsoo lo persiguió como un fantasma hasta el final. Y ni siquiera Kyungsoo como persona, sino como recuerdo. Eso era lo más doloroso.

Kadi fue la falsa esperanza que le hizo pensar que había encontrado a alguien con quien compartía muchas cosas en común, alguien que le entendía y que podía ser la clave para ser feliz en medio de su amargura. Estaba convencido que después de todo,que con Kadi no iba a pasar lo mismo. No había razón para que ella se fuera de su vida. Al final estaba muy equivocado. Al igual que Kyungsoo, ella se fue lejos y lo dejó solo.

El miedo más grande que tenía con respecto a tener pareja se había hecho realidad por segunda vez. Tal vez estaba destinado a quedarse atrás. Ser abandonado era doloroso y extraño. Por lo menos sabía que Kyungsoo no había tenido opción, pero Kadi había tomado la decisión por sí misma. No la resentía, él también se hubiera hartado de una persona que no dejaba su pasado y que se atormentaba sin darse cuenta. Tendría que aceptar la realidad como era. Pero dolía. Dolía demasiado. Y se sintió miserable porque lo que más le dolía era comparar su situación con su recuerdo.

Jung-gan-eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora