30 days 🍉YuMark🍒

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El frío se comenzaba a sentir en la ciudad de Seúl. Entrando en el mes de noviembre las personas ya iban con chaquetas y bufandas por la calle, con prisas por llegar a un lugar en el que haya calor.

Mark  había estado esperando ese mes con todas sus ganas, pues desde el día 1 al 17 se realizaba su festival favorito, el de farolillos o "lanterns". A pesar de que siempre solían hacer las mismas actividades, él siempre quería ir más de una vez, pues la decoración y el ambiente te envolvían fácilmente haciéndote pasar un buen momento sin lugar a dudas. El primer día, que era cuando más gente solía asistir, lo había utilizado para ir con su grupo de amigos, era una costumbre que habían marcado desde que se conocieron, pues la festividad era del agrado de todos. Sin embargo, un nuevo miembro se había sumado a la tradición, Nakamoto Yuta. El chico había llegado a la ciudad hace unos dos meses, concretamente en septiembre, y Johnny no tardó ni dos días en incluirlo en la pequeña familia que tenían, pues no quería que lo pasara mal en sus años de universidad. Al principio, se le notaba algo incómodo, se mantenía callado en la mayoría de las conversaciones, pero Jaehyun y Taeyong consiguieron que se soltara lo suficiente como para comenzar a hablar y participar en los planes que proponían. A decir verdad, apenas interactuaba con Mark, si era cierto que cuando estaban todos juntos hablaban de vez en cuando, pero a solas rara vez intercambiaban frases a pesar de que asistían a la misma clase, quizás se debiera a que John también iba con ellos y su lazo con Yuta era más fuerte, pues se entendían muy bien y hablaban a todas horas sin parar.

Sin embargo, la poca cercanía que tenían ambos chicos no fue un impedimento para que Yuta no le ofreciera quedar algún día a solas, usando de excusa el festival de farolillos, pidiéndole a Mark que le acompañara una vez más porque le había gustado vivir esa experiencia. El menor en un principio iba a negarse, pues tenía en mente que la noche sería bastante incómoda, pero Johnny, con quien estaba el día que Yuta le escribió esos mensajes, le arrebató el móvil de las manos para aceptar por él, dándole igual si su mejor amigo quería o no. Y ya no iba a rechazar la oferta que le había dado el contrario, pues sería totalmente descortés por su parte. Así que, después de acordar una fecha y hora que Yuta le comunicó que le recogería en coche para que fuera más cómodo ir y volver.

—Estás muy guapo— Halagó John mientras le observaba desde la cama.

—Lo dices porque tú me has escogido la ropa— Rodó los ojos mientras se aseguraba que tuviera todo lo necesario para salir a la calle— ¿Te quedarás hasta que vuelva?— Preguntó mientras se ponía la chaqueta.

—Claro que sí, me tienes que contar todos los detalles de tu cita— El suspiro exaltado que soltó Mark le hizo reír mientras se incorporaba para acomodarle el cabello.

—No es una cita— Refunfuñó dándole un leve empujón por el pecho cuando se separó.

—Claro, ¿y cómo le llamas quedar a solas con alguien por la noche?— Cuestionó alzando una ceja.

—Tener un encuentro con un amigo cualquiera para pasar un rato bueno— Se encogió de hombros dándole la espalda para que no viera el ligero sonrojo que se había formado en sus cachetes. Y fue entonces cuando fue salvado por la misma persona que le había metido en ese enredo— ¡Vaya! Qué pena que tengamos que terminar nuestra conversación porque el timbre está sonando— Chasqueó la lengua soltando un suspiro mientras se apresuraba en salir del cuarto.

-¡Haz que me sienta orgulloso!— Gritó desde el dormitorio volviendo a tirarse sobre la cama.

Mark se llenó los pulmones de aire antes de abrir la puerta mostrando una bonita sonrisa.

—Sí que eres puntual— Reconoció mientras observaba la vestimenta del muchacho que tenía delante.

Desde el primer día que Yuta había pisado la clase, supo que era una persona con un buen sentido de la moda, sencillo pero que se ajustaba a su figura como si fuera a ir a una sesión fotográfica. El pantalón negro ajustado con un cinturón y una pequeña cadena colgando a un lado le hacía lucir más alto. El jersey de rayas blancas y negras junto a una chaqueta de cuero con detalles de lana en las mangas y en el cuello provocaba que su torso se mostrase más robusto.