Mark siempre había sido una persona torpe. O bien se caía sin querer al suelo o alguien le golpeaba sin malas intenciones, había perdido la cuenta de las veces en las que sus rodillas y manos habían sido raspadas por las caídas. Pero, a pesar de ser un desastre, siempre estaba a su lado su mejor amigo para ayudarle, Nakamoto Yuta. Él era quien le ofrecía siempre su mano para levantarle, quien le curaba porque no soportaba la sangre, quien luego le compraba algún dulce para verle feliz, y sobretodo, quien le hacía reír como nadie.
Se conocían desde la edad de cinco años, cuando Yuta se mudó al piso de arriba de su edificio. Sus padres habían ido amablemente a ayudar a la familia nueva a instalarse, y a pesar de que Mark se oponía a ir, una vez que lo hizo no se arrepintió en lo más mínimo, incluso más tarde agradeció a sus padres por presentarle a un nuevo amigo.
Amigo.
Graciosa esa palabra que les etiquetó por tanto tiempo. Quince años de su relación en la que estuvieron totalmente equivocados, pues ellos eran más que amigos y aunque les costó verlo y admitirlo pudieron comenzar a salir, y a día de hoy ya llevan cuatro años juntos.
Cuatro años donde multitud de recuerdos se atesoraban tanto en fotos como en sus memorias.
Cuatro años y los que saben que vendrán.
—Markie— El menor fue sacado de sus pensamientos, girando la cara para ver a su novio apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa de lado.
— ¿Sí?— Se incorporó de la silla del escritorio para ir hacia él, rodeando su cuello con ambos brazos. Yuta se incorporó para rodear su cintura mientras la sonrisa de su rostro sólo se ampliaba.
—Está todo listo, los de la mudanza han dicho que irán llevando las cosas en lo que vamos con lo poquito que queda aquí.
—Entonces no sé a qué estamos esperando para ir ya— Alzó la cabeza para dejar un suave beso sobre los labios del contrario, aunque Yuta no estuvo satisfecho con eso, pues atrapó nuevamente sus labios para darle un beso más largo, acercándolo todo lo posible a él.
Se separaron, y ninguno dijo nada, las palabras sobraban cuando la pequeña risa que dejaron salir acompañadas de un suspiro lo dijeron todo.
Yuta tomó su mano, entrelazando sus dedos. Ambos dando un suave apretón, mientras era Mark quien acariciaba sutilmente los nudillos del contrario. Caminaron por el pasillo hacia la salida, tranquilos pero con pequeñas cosquillas repartidas por todo el cuerpo.
Se encaminaban a su nueva casa. En donde vivirían juntos después de haberlo pensado durante tanto tiempo, después de haber estado ahorrando y buscando la casa perfecta que se convertiría en su hogar.
Mark, quien iba un par de centímetros atrás de su pareja, fijó su vista en el agarre de manos que tenían. En como encajaban tan bien, pareciendo dos piezas de un rompecabezas; creadas únicamente para estar con la otra parte. La calidez que emanaba Yuta reconfortaba a Mark de una manera tan delicada y suave que le hacía sentir seguro, como si no importara que el fin del mundo llegara porque estaban juntos y eso era lo importante para él.
Yuta era su principal refugio. Y mientras no le soltara la mano, él podría seguir en pie. Porque siempre había sido así, y siempre lo será.
He aquí una nueva historia, espero que la amen tanto como yo.
Saludos baby's🌺
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30 days 🍉YuMark🍒
RomanceTreinta historias distintas sobre Mark y Yuta. Está historia no me pertenece, la historia original es de @lxst_romeo