—¿Tienes todo?— Cuestionó Mark guardando un par de cosas en su bolso que serían necesarias para el lugar donde iban.—Sí Makku— Su esposo rodó los ojos apoyándose en la encimera de la cocina.
—¿Seguro seguro? ¿No me vas a volver a decir que tienes todo para que luego tengamos que dar marcha atrás porque se te quedó algo?— Volvió a preguntar, mirándole con una ceja alzada.
—¡Sólo pasó una vez!— Se excusó, exasperado, mientras oía como el contrario reía.
—Está bien cariño, lo siento—Su risa cesó mientras se ponía de puntillas para dejar un beso en sus labios— Ve llevando a Shotaro al coche, anda.
—Sí mi capitán— El tono empleado provocó que Mark volviera a reír, negando con la cabeza por las ocurrencias que pasaban por la mente de su amado.
Su pareja obedeció al pie de la letra la orden emitida, mientras el mayor se aseguraba, una vez más, de que no faltara nada.
Una vez estuvieron todos ubicados en el coche, Yuta se encargó de conducir y Mark de entretener al pequeño niño que iba en el asiento de atrás. Cada que un semáforo rojo les hacía parar, Yuta aprovechaba para mirar por el retrovisor como su esposo le hacía cosquillas al niño y caras extrañas para que riera, la risa de ambos inundaba totalmente sus oídos, provocándole una sonrisa en cuestión de mili segundos.
—¿Papá se ha vuelto a olvidar la cartera?— Preguntó Shotaro cuando fue tomado en brazos por Mark al llegar al aparcamiento del lugar. Y aunque su pronunciación aún se podría considerar algo torpe, era totalmente entendible para los adultos.
—Esta vez no— Rio al observar como el mencionado se hacía el ofendido.
—¿Entonces no es un tonto?— Volvió a cuestionar en voz alta, y Mark quiso golpearse así mismo al ver las palabras que le enseñaba a su hijo de dos años de edad.
—¡Mark! ¡Te he dicho que no le enseñes esas palabras!— Exclamó mientras tomaba al niño en sus brazos tapándole la boca, dirigiéndose hacia la entrada del supermercado.
—¡Tienes que entender que se me escapan!— Buscó una excusa lo más rápido que pudo yendo a tomar un carrito, corriendo hacia ellos para alcanzarlos lo antes posibles— Si tú no fueras tan ton....— Fue interrumpido por el mayor, que le proporcionó un golpe en la nuca, seguido por otro del niño en el brazo— Luego soy yo la mala influencia— Se quejó mientras daba un leve golpe en la frente del adulto— ¿A qué te quieres sentar en el carrito en vez de estar en los brazos de papá?— Preguntó Mark mientras peinaba un par de mechones revueltos que caían por la frente de Shotaro. La respuesta fue un negamiento con la cabeza lo más rápido posible, rodeando con sus pequeños brazos el cuello del chico, recostándose en él— ¿Ves Yu? Cuando digo que eres muy cómodo no te miento, sirves perfecto de almohada— Rio mientras entraban al comercio.
—Esto sería una escena muy tierna si no fuera porque se me van a dormir los brazos— Rio mientras dejaba suaves caricias en la espalda del pequeño, bien sabía que era muy cosquilloso, y las carcajadas que empezó a soltar no tardaron en confirmárselo una vez más.
—Como nos vuelvan a llamar la atención por vuestra culpa, la cena de esta noche será sólo para mí— Regañó Mark señalándoles con el dedo, sacando la lista de la compra del bolsillo de su chaqueta.
—¿Qué necesitamos con más urgencia?— Preguntó, colocándose a su lado para observar el papel que tenía en sus manos.
—Pues...— Murmuró, sumido en sus pensamientos mientras leía con rapidez todos los artículos de la lista— Necesitamos sobretodo pañales, leche en polvo para Shotaro y la comida de la semana.
—Y dulces— Murmuró el niño, sin prestar atención a la conversación que estaban teniendo sus padres.
—Si es que escucha lo que quiere— La carcajada que soltó Mark volvió a hacer reír al menor de todos, que estaba demasiado entretenido jugando con la cadena que llevaba su otro padre en el cuello— Vamos a comenzar ya para que no nos coja demasiado tarde, aún tenemos que hacer la comida— Sugirió, comenzando a caminar a uno de los pasillos.
Mark era totalmente consciente que haciendo las compras con su familia tardaría el triple que haciéndolas él sólo, ya que esto se debía a que Yuta parecía tener la misma edad que el niño, porque se entretenía cada dos por tres, o se centraba en complacer todas las cosas que le pedía Shotaro, desde comprar una determinada cosa hasta subirle en sus hombros y pasearle por las diferentes sesiones del supermercado, pero a Mark le daba igual en el fondo, porque capturaba valiosos momentos, incluso en algunas ocasiones tomaba fotografías.
—Oh, Mark— Yuta sacó a su pareja del trance en el que se encontraba mientras analizaba qué tipo de carne comprar.
—Dime— Dirigió la mirada un par de segundos a él, volviendo inmediatamente a la tarea que estaba haciendo.
—Recuerda que tenemos que comprar el vino para la cena con los chicos.
—¡Johnny!— Exclamó el pequeño mientras se revolvía en sus brazos para mirar hacia su otro padre.
—Desde el día que le regaló todas esas gominolas lo ha proclamado como su favorito— Rio el mayor de los tres, dejando un par de artículos en el carrito de la compra.
—Taeyong empieza a ponerse celoso porque dice que es mejor tío que Johnny— El contrario negó con la cabeza, volviendo a reír— ¿Quieres que me encargue yo de buscar el vino?
—Claro— Sonrió poniéndose a su lado— También busca algún postre en la pastelería, recuerda que son muy fanáticos de las cosas dulces. Y para ti no habrá de eso Shotaro— Se adelantó a decir antes de que el niño pudiera expresar su alegría por poder comer eso junto a ellos.
—¡Te he dicho que tenemos que regularle los dulces Yuta!— Alzó la voz dado que ya se estaban alejando para realizar el pedido que le había mandado.
Una hora y pico después ya se encontraban en la fila para pagar, y Mark no pudo evitar fijarse en como su pareja jugaba con el niño y el pequeño peluche que no se había resistido a comprarle. Sonrió con ternura, recordando lo difícil que fue el proceso de adopción, sin embargo, viendo ahora la familia tan bonita que tenía, le daba totalmente igual tener que repetir todo eso, aunque tuviera que preparar cientos de papeles, pasar por una docena de entrevistas, esperar y esperar, estaba feliz con la familia que tanto le había costado formar, y, sin lugar a dudas, afirmaba una y otra vez lo sumamente contento que estaba de poder tener a Yuta en su vida, él le habría brindado las mejores cosas, día tras día desde que se conocieron.
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30 days 🍉YuMark🍒
RomansaTreinta historias distintas sobre Mark y Yuta. Está historia no me pertenece, la historia original es de @lxst_romeo