🍉10🍒

397 43 0
                                    


—Por favor— Suplicó Mark mientras hacia un puchero colgado del cuello de su novio desde atrás— Por favor, Yu, nunca te pido nada, complaceme en esto por favor— Lloriqueó dejándose caer sobre los hombros del mencionado.

—Ya te lo he dicho veinte veces, sin exagerar, no lo voy a hacer— Contestó cruzándose de brazos mientras oía a su novio suspirar dramáticamente— Deja de insistir.

—¡No quiero!— Replicó rodeando su cintura con las piernas, quedándose totalmente pegado a su espalda, prosiguiendo a dejar pequeños besos sobre su cuello— Deberías cumplir todo lo que te digo, no negarte.

—Soy tu novio, no tu sirviente— Espetó, y aunque su estado anímico le decía que se quedara quieto sin tocar a su novio, no pudo resistirse a apoyar las manos sobre sus piernas y repartir suaves caricias.

—Exacto, eres mi novio, y creo yo que los novios no quieren ver a su chico triste...— Empleó un tono de voz suave y bajo, con un toque de lástima que cualquier director de una película si le viera le contrataría inmediatamente.

—Y no quiero verte triste nunca— Afirmó, comenzando a ignorarle mientras veía Instagram.

—¡Entonces no sé a que esperas para hacerme feliz!— Espetó zarandeándole por los hombros.

—¡Bien!— Se cansó tirando el móvil a un lado de la cama— Espero que sepas que eres de lo peor que hay en este mundo— La risa que soltó el contrario le indicó que estaba bien con eso, y que le agradaba la idea.

—Lo sé, y lo adoro— Le abrazó más fuerte, dejando un recorrido de besos que iba desde su oreja hasta la comisura de sus labios— Gira la cara— Refunfuñó tomando su barbilla para poder darle un corto beso— Te amo.

—Sí sí, y yo a ti Mark— Rodó los ojos ganándose un puchero del adverso— ¡No pongas esa carita!— Exclamó, apresurándose en tomar su rostro y dejar besos por todos lados, añadiendo entre beso y beso un "te amo", cosa que provocaba la risa de su novio— Venga, vamos a comprar lo que querías— Se incorporó tirando del otro chico para entrelazar sus manos.

—¿Ahora? Estamos en pijama y son las nueve de la noche— Mark le miró confundido al ver como era arrastrado hacia la puerta de salida de su casa.

—No pasa nada, tienen que estar abiertos algunos comercios pequeños, ¡venga! Tanto que insistías y ahora me pones peros— El menor recapacitó, y mostrando una sonrisa amplia tomó la delantera.

Daban gracias a que el barrio en donde estaba la casa de Mark era transcurrido, la vida por la noche era un clásico que ni aunque lloviese moría, por lo que después de entrar en tres tiendas distintas, lograron encontrar lo que el mayor tanto quería.

—¿Cuáles te gustan?— Preguntó Yuta, quien aún sostenía la mano de su pareja mientras este iba de un lado a otro de la tienda.

—Estas— Sonrió, mostrándole unas orejas de tigresito— ¿Blancas o naranjas?— Tomó otro modelo para que viera la diferencia.

—Blancas con lo naranja dentro— Rió, llevándole la contraria y cogiendo unas que estaban en la fila de arriba.

—Buena idea— Chasqueó los dedos en su dirección— Ahora te toca a ti, ¿qué es lo que quieres?— Se puso de puntillas para poder ir mirando otras secciones de la estantería.

—¿Cuál crees que me queda mejor?— Se atrevió a preguntar, a pesar de que era consciente que Mark sería capaz de ponerle algo feo o que odiara sólo por haber tenido que insistirle tanto.

—Pues...— Murmuró, girándose para mirarle fijamente, en sus ojos se reflejaba lo concentrado que estaba para darle una respuesta— ¡Un oso!— Exclamó feliz mientras buscaba las orejitas de dicho animal.

—¿Un oso?— Preguntó, confundido, pues dentro de varias opciones que tenía en mente, esa no se había ni asomado por sus pensamientos.

—Exactamente— Dió un pequeño salto para tomarlas de una de las baldosas de arriba, tirando de un confundido Yuta hacia la caja registradora— Ya que la idea ha sido mía pago yo.

—No— Se apresuró en alargar la letra "o" soltando su mano para agarrar el móvil del bolsillo de la sudadera— Pago yo, como dijiste, tengo que complacerte— Guiñó uno de sus ojos en su dirección mientras pagaba con la tarjeta.

De camino a la casa del menor, este aprovechó para subirse en la espalda de su novio, sin excusa o por qué, simplemente por comodidad y porque amaba estar pegado al otro como si hubiera una especie de pegamento especial que les impidiera estar separados. Una vez ya en el dormitorio, se dejó caer sobre la cama, quedando encima de Mark, quien reía proporcionándole varios golpes en distintas zonas del cuerpo.

—Ya decía yo que todo lo que comes era imposible que no te pasara factura y desaparecía porque sí, ¿pesas mucho sabías?— Bromeó, revolviéndose aposta para molestarle.

—¿Hablamos de ti? ¡Pesas el doble como mínimo!— Se quejó tratando de empujarle, y entre carcajada y carcajada Yuta se quitó por propia voluntad, sentándose al lado del menor, depositando un beso sobre sus labios.

—No vas a distraerme con besos— Le amenazó señalándole con su dedo mientras tomaba asiento, agarrando las orejitas que eran para él y colocándoselas— ¿Qué tal estoy?— Sonrió en su dirección, y Yuta se preguntó por qué había tardado tanto en aceptar la propuesta del contrario, pues la ternura desbordaba en él ahora mismo.

—Eres la persona más linda y tierna que mis ojos han podido apreciar en mi corta vida— Sonrió de lado, acercándose un poco para acomodarle los mechones de cabello que tenía sueltos y desordenados, dando para finalizar un toque en su nariz y un pico encima de sus belfos— Mark no pudo evitar sonreír ampliamente, aún con los labios del otro a escasos centímetros de los suyos.

—¡Ahora tú!— Dió una palmada empujándole un poco por el pecho para que se sentara, se acercó a él tomando sus orejitas, y, acomodando su cabello despacio para evitar desperfectos, las colocó con una sonrisa amplia— Listo— Dejó un sonoro beso sobre la mejilla del otro, observándole.

—¿Me veo muy ridículo?— Se atrevió a preguntar, aunque no tenía claro si quería saber la respuesta o prefería quedarse en la ignorancia.

—Te ves perfecto— Tomó su móvil abriendo la cámara, ubicándose entre las piernas del otro mientras ambos hacían caras y gestos diversos para realizar cientos de fotos.

—Como la subas a algún sitio te mato y entierro tu cuerpo sin que nadie lo sepa— Le amenazó entre risas, dejando un beso sobre su cabello.

—Bueno, bastante bonita habrá sido mi vida— Hizo caso omiso a sus palabras mientras subía una de las fotos a su historia, etiquetándole.

—Ya no sé que voy a ser contigo— Suspiró rodando los ojos, reprimiendo la risa que quería soltar— Por cierto... ¿Por qué escogiste un oso para mi?— La duda se apoderó de él, mirándole curioso. Mark hizo un sonido pensativo, apartando el móvil para sentarse en una de sus piernas, rodeando su cuello para tenerle más cerca.

—Me recuerdas a un osito— Contestó simple, encogiéndose de hombros— Mira estos cachetitos, y esta carita, son iguales— Agarró sus mejillas tirando de ellas mientras reía— Además, al abrazarte es como que me quedo calentito y puedo dormirme fácilmente. No es que haya dormido pegado a un oso pero...— Sus palabras fueron interrumpidas por la carcajada que soltó el contrario— Digamos que se podría comparar fácilmente. ¿Entiendes?

—Creo que sí— Regaló un beso sobre su nariz, rodeando su cintura para abrazarle— Eres un caso perdido Markie.

—Así te encanto— La sonrisa triunfante que mostró, sólo provocó que su novio quisiera besarle durante un buen rato, amando cada detalle de él, desde su físico hasta su personalidad, porque Mark no mentía, realmente estaba encantado con él.

30 days 🍉YuMark🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora